Octavio paz

Páginas: 5 (1206 palabras) Publicado: 10 de junio de 2010
Ensayo del Laberinto de la Soledad
Mario Iván Lauro Callejas
602
Campus La Concepción

Después de haber leído El Laberinto de la Soledad, me gustaría expresar que me pareció una obra interesantísima pues a pesar de llevar mucho tiempo de haber sido publicada contiene muchos argumentos que aún podemos observar en el México actual y de lo hermosas que son nuestras raíces, así por supuestocomo el incluir temas que llaman mucho la atención, como la necesidad del mexicano por encontrarse consigo mismo. Mi ensayo se basó en el segundo capítulo del libro “Máscaras Mexicanas” con el cual me sentí muy identificado, debido a que son aspectos de mi vida cotidiana que me rodea y que por supuesto me tiene realmente consternado y que hasta cierto punto conmueve.
Para mí, el mexicano me aparececomo un ser que se encierra y se preserva. Plantado en su soledad, espinoso y cortés a un tiempo, todo le sirve para defenderse: el silencio y la palabra, la cortesía y el desprecio, la ironía y la resignación. El mexicano siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás. Lejos, también, de sí mismo.
Algo que desde mi punto de vista me parece tonto y a la vez ridículo es el lenguaje popular querefleja hasta qué punto nos defendemos del exterior: el ideal de la "hombría" consiste en no "rajarse" nunca. Los que se "abren" son cobardes. Para nosotros, contrariamente a lo que ocurre con otros pueblos, abrirse es una debilidad o una traición. El mexicano puede doblarse, humillarse, "agacharse", pero no "rajarse", esto es, permitir que el mundo exterior penetre en su intimidad. El "rajado"es de poco fiar, un traidor o un hombre de dudosa fidelidad, que cuenta los secretos y es incapaz de afrontar los peligros como se debe. Las mujeres son seres inferiores porque, al entregarse, se abren. Su inferioridad radica en su sexo, en su "rajada", herida que jamás cicatriza, y que a pesar de vivir en una época aparentemente abierta a todas las posibilidades del siglo XXI, es denigrante vereste tipo de actitud aún en mi ambiente incluso escolar, pero si nos ponemos a interrogarnos el por qué de estas ideologías retomaré el hermetismo de Octavio Paz como un recurso de nuestro recelo y desconfianza. Muestra que instintivamente consideramos peligroso al medio que nos rodea. Esta reacción se justifica si se piensa en lo que ha sido nuestra historia y en el carácter de la sociedad quehemos creado. La dureza y la hostilidad del ambiente —y esa amenaza, escondida e indefinible, que siempre flota en el aire— nos obligan a cerrarnos al exterior, como esas plantas de la meseta que acumulan sus jugos tras una cáscara espinosa. Pero esta conducta, legítima en su origen, se ha convertido en un mecanismo que funciona solo, automáticamente. Ante la simpatía y la dulzura nuestra respuesta esla reserva, pues no sabemos si esos sentimientos son verdaderos o simulados. Y además, nuestra integridad masculina corre tanto peligro ante la benevolencia como ante la hostilidad. Toda abertura de nuestro ser entraña una disminución de nuestra hombría
Veo que nuestras relaciones con los otros hombres también están teñidas de recelo. Cada vez que el mexicano se confía a un amigo o a unconocido, cada vez que se "abre", abdica. Y teme que el desprecio del confidente siga a su entrega. Por eso la confidencia deshonra y es tan peligrosa para el que la hace como para el que la escucha; no nos ahogamos en la fuente que nos refleja, como Narciso, sino que la cegamos. Nuestra cólera no se nutre nada más del temor de ser utilizados por nuestros confidentes —temor general a todos los hombres—sino de la vergüenza de haber renunciado a nuestra soledad. El que se confía, se enajena; "me he vendido con Fulano", decimos cuando nos confiamos a alguien que no lo merece. Esto es, nos hemos "rajado", alguien ha penetrado en el castillo fuerte ò como me gusta decir “nuestra barrera espinosa”. La distancia entre hombre y hombre, creadora del respeto y la mutua seguridad, ha desaparecido. No...
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