Octavio Paz
En el capituló Todos santos,día de muertos. El solitario mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas. Cualquier pretexto es bueno para interrumpir la marcha del tiempo y celebrar con festejos y ceremonias hombres yacontecimientos. En pocos lugares del mundo se puede vivir un espectáculo parecido al de las grandes fiestas religiosas de México, con sus colores violentos, agrios y puros y sus danzas, ceremonias, fuegosde artificio, trajes insólitos y la inagotable cascada de sorpresas de los frutos, dulces y objetos que se venden esos días en plazas y mercados.
El mexicano es un ser hermético, las heridas de lahistoria le han causado un daño tan profundo que en raras ocasiones se revela tal cuál es. Para los mexicanos las fiestas son el único momento del año en que puede liberar su yo interior, que puedemostrarse al mundo. Pero de las innumerables fiestas que puebla México, en el calendario, el día de muertos es la más especial. Viniendo de una cultura de machos de hace mucho tiempo, la muerte en realidades más que una enemiga, un ser distante y engañoso, el burlase de ella y retarla forman una parte esencial de esta cultura, pero hoy en día es algo que ya se olvido, solo lo hacen por mecánica .“Todos Santos, Día de Muertos”, parte del libro el Laberinto de la Soledad.
El autor busca desenmarañar los patrones existentes en la sociedad mexicana. Pese a la genialidad del autor, el textotiene una larga serie de falacias lógicas en su estructuración argumental.
El mexicano es un ser desproporcionado por las fiestas y con una falta de mentalidad de trabajo pasiva.
Dentro de los pueblosexiste un fuerte sentimiento de unión y compañerismo, no son seres que puedan vivir aislados. Vive esperando mucho de la vida, vive soñando y luchando por un futuro mejor y festeja a sus muertos....
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