Oda Al Deserto1
Alfredo Bullard
El patriotismo militarizado parece tan peligroso como las religiones dogmáticas fundamentalistas.
Hace unas semanas mi buen amigo Armando Guevara me prestó un librode James C. Scott. En él encontré una historia que recordé el día de la parada militar por Fiestas Patrias.
Al poco tiempo de la caída del Muro de Berlín y durante el proceso de unificación, un grupode anarquistas de Alemania Occidental decidieron hacer una travesura de gran valor simbólico. Fueron paseando en un camión una estatua hecha de papel maché y transportándola de una plaza central aotras de distintas ciudades de Alemania Oriental. Se trataba de la silueta de un hombre corriendo tallada en lo que parecía un bloque de granito. La llamaban Monumento al Desertor Desconocido de AmbasGuerras Mundiales y le colocaron como leyenda: “Esto es para el hombre que se rehusó a matar a su prójimo”.
Como comenta Scott, le llamó la atención el ingenioso uso del gesto, universalmente aceptado,de homenajear al Soldado Desconocido, un personaje oscuro y anónimo cuyo mérito fue haber muerto de manera honorable en batalla para cumplir los objetivos nacionales. En este caso, el gesto se invirtiópara homenajear al que se negó a participar en la guerra. Por supuesto que la estatua de papel maché permanecía en cada plaza hasta que las despistadas autoridades descubrían la travesura y removíanel monumento que no les causaba ninguna gracia.
El militarismo parece apropiarse fácilmente de la conciencia de los pueblos y sus valores. Convertimos en valor el amor a las armas y en traición surepudio. El patriotismo ha sido la víctima más evidente. Celebramos nuestro día nacional con un desfile en el que se rodea de orgullo tanques, aviones, cañones y demás aditamentos con capacidad paradestruir. Los discursos identifican lo cívico con lo militar y solo se es patriota si aceptamos lo bélico. Curiosamente, para ser cívico no se puede ser solo civil. Ser militar es más importante para la...
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