Oda a la mujer

¡Una mujer se ha perdido! grito Silvio en una tonada
Y en otra Pablo repetía que era difícil ponerla en su lugar.
Entonces, pregunté a las musas y como las musas se disputan la inspiraciónpregunté al silencio:
¿Cómo se perdía una mujer? Y
¿Cuál es el trono que merece lucir la dignidad de su nombre?
Aun habiendo más preguntas solo esas dos quise preguntarle.
El silencioacogedor, como siempre, hizo tanto ruido, que apenas alcancé a reconocer estas respuestas:
Una mujer se pierde cuando es más grande el deseo que su realidad.
Una mujer se pierde cuando surealidad no es ecuánime con el sentido de la vida.
Una mujer se pierde cuando el sentido de la vida se pierde en ambiciones.
Una mujer se pierde cuando gana el desmedido menester de tenermás de la cuenta y cuando acalla la voz de la justicia para hacer rudo su corazón como el de muchos hombres.
Una mujer se pierde cuando pierde el horizonte y este se pierde cuando sepierde la cabeza; algunas pierden (por todo lo anterior) ambas cosas.
Una mujer se pierde cuando la sensibilidad aplasta su razón y es satisfecha.
Una mujer se pierde cuando sepermite una etiqueta. Así, sin más.
Una mujer se pierde si en lugar de lágrimas, brota desprecio en sus labios, o indiferencia en sus actos.
Una mujer se pierde si confunde los sueñoscon tenencias.
Una mujer se pierde si no reconstruye la espiritualidad y no devuelve un lugar al trascendente en su presente.
Una mujer se pierde cuando no se reconoce y no se permiteun lugar digno entre la gente.
Una mujer se pierde si hay más ruido dentro que en el contexto de su alma y cuando sede el lugar de la vida a la muerte.
Ahora bien.
Una mujermerece un trono acorde a ella, sencillo y plausible por sus actos.
Una mujer merece un trono construido en amor y respeto.
Una mujer merece ser reconocida y aceptada, aún en sus...