Odisea

Cuenta de los muertos
La controversia entre la Secretaría de Seguridad y el Observatorio de la Violencia, al parecer irrelevante, se enmarca en el propósito de suavizar la imagen de ineficacia en torno al combate a la criminalidad y la violencia en nuestro país.
En los tres años últimos las estadísticas colocan a Honduras como uno de los países más violentos del mundo, con índices de homicidiosuperiores a los países inmersos en guerra, ya sea intestina o internacional.
La tasa de homicidios, en relación a 1 por cada 100,000 habitantes, así lo indica, pues no baja de 80,5. En algunos escenarios, esa tasa sube hasta 90, lo cual provoca escalofrío y confirma la percepción mundial de Honduras como el país más violento.
El trabajo del Observatorio de la Violencia no ha sido cuestionadohasta ahora, al final de la administración, cuando está en pleno desarrollo la campaña electoral y el tema de la seguridad (¿o inseguridad?) figura en los primeros renglones de la propaganda.
A decir verdad, y tal como lo han expresado algunos portavoces oficiales, poca diferencia hace, desde el ángulo de la gravedad, que el índice de homicidios sea de 70 por 100,000, como lo reclama la Secretaríade Seguridad, o de 80,5 como lo certifica el Observatorio de la Violencia, porque ambos son datos pavorosos.
Eso es así, sobre todo si se trata de un país pequeño, de un poco más de 8 millones de habitantes, sumido en la mayor pobreza y desamparo, y con un futuro incierto pero que apunta al mayor caos. Mas si se advierte un interés cosmético en el manejo de los datos, la cosa cambia y adquiererelevancia, ya que el problema de la criminalidad y la violencia es vital, y no debe tratarse de esconder la suciedad bajo la alfombra.
En este sentido, nos parece pertinente la posición de la Comisión de Reforma de la Seguridad Pública, por boca de Matías Funes, en que se avala el desempeño del Observatorio de la Violencia, pues “no tiene ningún interés en alterar las cifras, sino, simplemente,cumplir con una labor de proyección que debería servirle a la Policía para hacer mejor su trabajo”.
Allí está el detalle, como popularmente se dice. El conteo de los muertos, en esa danza macabra que no cesa en Honduras, es el instrumento de prestidigitación: 3,547 homicidios consignados por el Observatorio de la Violencia en el primer semestre de 2013, y 2,629 alegados por la Secretaría deSeguridad en ese mismo período. Una discrepancia de 1,000 cadáveres, en un cálculo frío, ciertamente deshumanizado, para reclamar éxito de gestión pública.
Sin embargo, la realidad grotesca continúa inamovible, con sus 20 homicidios diarios, con sus masacres y muertos colgados de los puentes, destazados, calcinados, y, en fin, mutilados de conformidad con los protocolos del crimen organizado y de laviolencia desenfrenada.
Aunque el tema de fondo es que no hay solución a la vista, mucho menos si esta tragedia se asume como guerra sin cuartel, o sea violencia contra violencia, cuyo resultado es multiplicación de violencia. Las estadísticas nos muestran, precisamente, ese producto final.





Morazán
Con la proclamación en Honduras de la Independencia del gobierno español se inicia laresplandeciente carrera política de Francisco Morazán, la figura cimera entre los próceres que forjaron la Patria centroamericana.
Nacido en Tegucigalpa el 3 de octubre de  1792, Morazán formó parte de los patriotas que en cabildo abierto juraron, el 28 de septiembre de 1821, defender con sus bienes y su vida la Independencia.
Debido a que la provincia de Comayagua condicionó su adhesión al Acta de1821, su gobernador José Tinoco y Contreras, en connivencia con los conservadores de Guatemala y partidarios del anexionismo al imperio mexicano de Iturbide, se dispuso a someter con las armas a Tegucigalpa que había aceptado incondicionalmente la Independencia.
Morazán, a los 29 años, se ofreció para defender la plaza y con el grado de teniente organizó una compañía bien entrenada, lo cual le...