Ohyeah
La primavera es una época de renacimiento, el sol despierta del letargo y envuelve con más fuerza a la vida. Muchas de las criaturas salen de su escondite, como si nada hubierasucedido, y de un largo y profundo sueño despiertan. Otras, han permanecido indiferentes al invierno y a su ejército de frío y nieve, pero en cambio, algunas regresan con sus cánticos alados de subúsqueda del buen tiempo. Fabien y Geraldine siempre esperaban pacientes su llegada durante el año, sintiéndose vacíos y melancólicos al final del verano. Toda su anciana vida habían admirado las aves, y dejóvenes, cuando la lejanía les separaba, ésos pajarillos y palomas habían sido los carteros de su amor. Pero esa primavera no era precisamente muy buena. A los almendros les costaba abrirse al tiempo,y las aves migratorias todavía no llegaban. Todo indicaba un frío persistente que decidía quedarse un poco más. Pero, lo que amenazaba el sentido de la vida de Fabien era la débil salud de su mujer.Por mucho que quisiera quedarse a su lado durante la hospitalización, no podía. Estar allí le suponía una tortura y le llenaba de impotencia al ver cómo en una sobria cama de hospital se apagaba laluz de su existencia. Su humilde casa se encontraba a gran distancia, por lo que el cuidado de los animales le requería, y en especial el de los pajarillos que comenzaban a llegar por fin.
Al pocotiempo, la enfermedad y con ella la lenta pérdida del ánimo y la memoria ganan la batalla final contra Geraldine. Su golondrina, tal y como él le llamaba, había desplegado sus alas y volado lejos. Durantesus últimos días, la anciana estaba tan apagada que Fabien incluso se llegó a sentir como un desconocido para ella, y a preguntarse si tanto él como su amor ya se habían borrado de su mente, algo quese cuestionaría durante mucho tiempo.
El tiempo pasaba y la soledad y la añoranza le oscurecían los días. Había tantas cosas que quería decir a su querida Geraldine, pero sobretodo deseaba...
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