Oidos indolentes

Oídos indolentes
Por: IRINA DE LA CARIDAD MARTÍNEZ ODIO
He sido testigo en más de una ocasión de cómo bocinas estremecedoras con cualquier tipo de música invaden La Habana a cualquier hora del díao de la noche, y muchas personas se convierten en partícipes obligadas de este suceso.
Lo mismo puedes encontrarte con esta imagen en un ómnibus, porque un chofer desconsiderado no escatima altosdecibeles para romper los tímpanos de sus pasajeros o en unidades gastronómicas, donde los equipos de audio a todo volumen son hechos cotidianos.
Unido a esto se encuentran también los bicitaxis,portadores rodantes de un reguetón ensordecedor; los gritos de las personas, los ruidos de los conocidos almendrones, y los cláxones de los carros, pero lo más penoso de esta situación es que a nadieparece importarle.
La contaminación acústica afecta considerablemente la salud humana. Además de dañar el Sistema Nervioso Central, provoca el deterioro del Sistema Auditivo y por si fuera poco, lacera latranquilidad ciudadana y el orden público.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay límites aceptables para el ruido: 65 decibeles por el día y 55 en la noche. La capacidad auditivaempieza a deteriorarse a partir de los 75 decibeles y si se superan los 85, puede originarse la denominada sordera sensorineural progresiva.
A pesar de que en Cuba existen varias leyes dictadas por elMinisterio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), encaminadas a erradicar las nocivas consecuencias de este tipo de contaminación como son la Ley 81/97, y el Decreto Ley 200/99, entre otrasregulaciones, no siempre las mismas se cumplen.
La Ley 81/97 en su precepto 147, señala:"Queda prohibido emitir, verter o descargar sustancias, disponer desechos, producir sonidos, ruidos, olores,vibraciones y otros factores físicos que afecten o puedan afectar la salud humana o dañar la calidad de vida de la población".
El Decreto Ley 200/99 para Contravenciones en Materia de Medio Ambiente,...