Ola 3
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sí misma: "Es sólo temporal. Tan sólo trabaja duro, mantén tu mirada en la
Capítulo l
meta, y pronto la carrera de ratas habrá finalizado, ¡Serás exitosa!"
Pero, lentamente, empezó a comprender la cruda realidad. Esto era el éxito El
LA REVOLUCIÓN
DE LA OLA 3
único éxito que la América corporativa tenía para ofrecer. "No tenía otro lugar a
Qué anda mal en mi?" sepreguntaba Terry Hill. "Por qué me siento tan
dónde ir" recuerda Hill. "No había más promociones por ventas. Mi puntuación
había llegado a la cima. Mi única opción era seguir la carrera gerencial, lo que
hubiera significado tener un recorte en mis ingresos, como si empezara de
vacía?".
nuevo".
En apariencia, Hill lo tenía todo. Tenía un Mercedes, pasaba sus
vacaciones en el Caribe. A los 31 años,era una de las diez mejores
representantes de ventas de Xerox Corporation, cosechando más de u$s
130,000 por año. Las suyas eran las cuentas de ventas más cotizadasvendiendo impresoras láser de alta definición a las compañías rankeadas en
La fiebre
Aunque en ese momento no lo sabía, a Hill le había dado la fiebre empresarial.
Mientras trabajara para otra persona, nunca sería feliz. La única curapara esta
enfermedad era poseer y administrar su propio negocio.
Fortune 500. Cada uno de sus contratos estaba valorizado en millones. Pero,
en algún punto del camino, el sueño americano de Hill había colapsado dentro
de una pesadilla corporativa.
"Comencé a darme cuenta de que desperdiciaba la mayor parte del
tiempo haciendo cosas que odiaba”, recuerda Hill "Amaba vender, pero
solamente 10 %de mi tiempo lo dedicaba a esa actividad. El resto me la
"Estaba casada con mi trabajo", dice. "Dormía cuatro horas diarias, iba
a trabajar a las 7 de la mañana y me iba a las 7 de la tarde. Trabajaba todos los
sábados y domingos".
pasaba lidiando con la burocracia, tratando de que entraran los pedidos,
luchando con la administración para conseguir que instalaran algo, corrigiendo
facturas en lacomputadora, verificando durante días las comisiones para
asegurarme de que fueran correctas... No tenía control sobre mi propio tiempo".
El stress la estaba consumiendo por dentro. Al parecer, todos los días,
Hill tenía que luchar en embotellamientos de tránsito y padecer interminables
reuniones sin sentido, como también sumergirse en pilas kafkianas de memos
internos de la compañía. En añosanteriores, se había consolado diciéndose a
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Con todo su dinero, Hill no era más que un peón en la partida de
ajedrez de otro. Todos los años, los directivos redistribuían el plantel de la
fuerza de ventas. Hill se pasaría un año entero ganando y saliendo a cenar con
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prospectos claves, domándolos como a halcones de competición, hasta que
estaban hartándose. Y, comolos colonos americanos en 1776, muchos
comieran de su mano. Entonces, repentinamente, Hill sería enviada a otro
estaban lo suficientemente enojados como para hacer algo al respecto.
territorio lleno de caras nuevas. Alguien más se beneficiaría de las ventas
repetitivas que ella había desarrollado.
América transformada
"No éramos recompensados por el trabajo realizado un año atrás",
recuerda."Si uno quería ganar dinero ese mes, sólo tenía que vender más
productos".
Hill y su generación no fueron los primeros en fantasear con dejar sus trabajos.
En los tiempos de los pioneros, trabajadores contrariados y comerciantes en
bancarrota, podían sencillamente cargar su carreta y partir hacia el Oeste. Pero
por los últimos cien años esa opción no había estado disponible. Ahora, de
repente, enlos años 80, aparecía una alternativa, una nueva frontera para los
Una revolución
inquietos y los atrevidos.
Hill estaba atrapada. A menos que algo cambiara, estaba condenada a correr
como un hámster en una rueda hasta el día en que se jubilara. Hill no estaba
Impulsadas por nuevas tecnologías e ideas innovadoras de marketing,
sola. Millones de personas compartían la misma situación. En la...
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