ola k ase
Así es, el día menos pensado, cuando uno cree que está viviendo un día normal, de manera inesperada la vida nos presenta más de un camino para tomar, retando nuestra capacidad de decidir como lo hizo verónica, Brenda y Juan Carlos.
Todo sucedió casi al final de su primer año de secundaria, después de haberse topado a lo largo de un año con aquelloque el mundo llamaba “ algebra”, y después de haber tenido que batallar y pelear con la idea de hacer operaciones matemáticas que combinan letras con números, finalmente y sin esperarlo la vida pareció sonreír.
Era una mañana de jueves casi al mediodía, cuando el profesor de matemáticas le pidió a verónica que le llevara un material a su oficina, ella sin otra opción aceptó y se dirigió a lasala de maestros para dejar lo que el profesor le había pedido. Llegó a la oficina y dejó de prisa los materiales. Ya casi de salida se dio cuenta de aquello que cambiaría, al menos por unos días, su dinámica y la de sus amigos.
Ahí estaba como invitándole, un bulto desorganizado de hojas que a simple vista pudo haber pasado desapercibido; sin embargo para verónica no fue así, supo desde elprincipio que se trataba del examen final de matemáticas… la llave secreta para poder terminar con el sufrimiento matemático de todo el año. Sin pensarlo mucho tomó uno, “están desordenados y nadie va a notar que falta uno” pensó para sí misma mientras rápidamente guardaba aquel documento que parecía como traído del cielo.
Verónica regresó a su salón, y en cuanto pudo le platicó acerca de suhallazgo a sus mejores amigos: Brenda y Juan Carlos. Para cuando este momento llegó ella se encontraba ya intranquila: había actuado por impulso sin medir las consecuencias.
Por un lado se sentía profundamente atraída ante la idea de resolver su mayor preocupación académica, pero por otro lado la idea de pensar en ser descubierta se podía convertir fácilmente en su mayor pesadilla.
En cuanto lesplaticó al hecho a sus amigos inmediatamente notó dos expresiones diferentes: Juan Carlos saltó de gusto, incluso no solo veía la oportunidad de terminar con éxito su aventura por el algebra, sino que hasta llegó a pensar en hacer un poco de dinero con la venta del examen; por otro lado Brenda, mucho más reflexiva, pensó de inmediato que corrían un serio riesgo al tener el examen con ellos.Estaba ya la duda sembrada, pensaron en una forma de regresar el examen y olvidarse del asunto, pero la tentación de resolver de una vez por todas la calificación final de matemáticas era algo también para tomarse en serio.
En la historia, Brenda, Verónica y Juan Carlos decidieron arriesgarse y quedarse con el examen pensando en los problemas académicos que tenían.
Prefirieron correr el riesgo enla escuela y llegar con una buena nota a casa, pero la cosa no quedó ahí… Para el examen de matemáticas faltaba todavía una semana, era viernes y los muchachos se fueron al fin de semana pensando que su futuro estaba asegurado y que ya nada iba a pasar, pero al regresar el lunes a la escuela se encontraron a su maestro de matemáticas con un extraño semblante… algo definitivamente había pasado.“Tenemos un problema serio” exclamó el profesor, “no me pregunten cómo lo sé, pero alguien de este salón tomó algo que no debió haber tomado y no vamos a avanzar hasta que se sepa qué fue lo que pasó”. En el salón se sintió un aire helado, estaban frente a esos momentos que marcan la historia de la escuela secundaria para cualquiera. Las miradas de Verónica, Brenda y Juan Carlos se cruzaron con unpánico como si hubiera visto un animal salvaje.
El profesor se puso de pie y dijo: “tienen ustedes 10 minutos para decidir qué hacer con este asunto, de lo de lo contrario créanme que esto se va aponer muy feo y las consecuencias van a ser terribles”.
Sólo eso se necesitaba para terminar de resolver los nervios y los estómagos de los 3 jóvenes… y ahora ¿qué hacer?
Al salir el maestro...
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