ola k ase
David Anisi
A la memoria de Joan Robinson
También para Irene e Íñigo
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En estos días donde tanto proliferan malos cuentistas, nos cabe la afortunada posibilidad de volver a los buenos
clásicos, e inspirarnos en ellos para relatar de forma peculiar los sucesos de nuestro mundo. He tratado de subirme a
los hombros de esos gigantes para, utilizando su ritmo, suurdimbre, o su sentido, reflexionar sobre algunos asuntos
cotidianos.
Si tú, lector, disfrutas con estos cuentos al menos lo mismo que yo cuando los hice, el bienestar de nuestro mundo se
habrá incrementado siquiera una chispa. Pero algo te ruego antes de leer cada uno de ellos: recuerda el original que
te fue contado hace quizá muchos años, o que leiste cuando cada palabra brillaba en tuimaginación de niño. Será
nuestro homenaje a todos aquellos que ya siendo polvo en el viento, figurando con sus nombres en estas páginas,
vagando con sus nombres fuera de ellas, anónimos muchos, y desconocidos para nuestra cultura la inmensa mayoría,
lograron para nosotros algo tan imposible como imaginar el pasado.
Universidad de Salamanca, otoño de 1999.
3
CUENTOS ORIGINALES
El traje nuevodel emperador
El ruiseñor
Hans Christian Andersen
Hans Christian Andersen
La princesa y el guisante
La pequeña cerillera
Hans Christian Andersen
Hans Christian Andersen
La bella durmiente
Tres deseos
Hermanos Grimm
Johann Peter Hebel
El gato con botas
Pulgarcito
Charles Perrault
Charles Perrault / Hermanos Grimmm
El lobo y los cabritillos
Elpescador y su mujer
Hermanos Grimm
Hermanos Grimm
La carrera de la liebre y el erizo
El enano saltarín
Ludwig Bechstein
Hermanos Grimm
Los músicos de Bremen
El rey sapo
Hermanos Grimm
Hermanos Grimm
Las zapatillas rojas
El aprendiz de brujo
Hans Christian Andersen
Joseph Jacobs
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EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR
Aquel monarca llevaba varios años con unachina en el zapato. Su reinado no iba del todo mal, pero
bondadoso como era, no dejaba de preocuparse de la suerte de una buena parte de sus súbditos afectados desde hacía
bastante tiempo por una desdicha: el desempleo.
Por ello, cuando le anunciaron la llegada a la corte de dos sabios procedentes de la reputada Universidad de
Chinchanflún con el deseo de explicar al monarca, en una audienciaprivada, las nuevas teorías sobre el paro, se
llevó una gran alegría.
Los pretendidos sabios eran en realidad dos grandes sinvergüenzas que amparándose en el nombre de
aquella famosa universidad de allende de los mares, trataban de rentabilizar su azarosa estancia en aquellas latitudes
aprovechándose del papanatismo dominante en su patria original. Tontos, claro está, no eran, y su dominio delidioma del País Maravilloso, donde tenía su sede la Universidad de Chinchanflún, así como su facilidad para
aprender expresiones ininteligibles y sofisticadas técnicas estadísticas y matemáticas, les capacitaban sobradamente
para ejercer su papel de embaucadores.
Aunque la dignidad de la realeza le impelía a mostrarse siempre a sus súbditos bajo el manto de la
impasibilidad, nuestro monarca sepuso a preparar la audiencia con auténtico fervor. Repasó los manuales que tuvo
que estudiar durante su educación de Príncipe, mandó llamar en el mayor secreto a un viejo profesor para repasar y
actualizar algunos conceptos, e invitó a la audiencia a los más renombrados catedráticos de las universidades de sus
dominios.
Y por fin llegó el día tan esperado. Los catedráticos
del Reino,expertos en desempleo, llegaron
lujosamente ataviados y acompañados de los instrumentos propios de su condición, tales como libros de conjuros,
amuletos de encontrar trabajo, frascos conteniendo espíritu competitivo, hierbas de sumisión, medicinas amargas de
reducciones salariales, y múltiples varillas de flexibilización. Los dos sabios de la Universidad de Chinchanflún se
habían presentado con...
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