Olas De Neón

Olas de Neón

Tratado de Custos: “Tratado del Guardián”
Gota a gota el rocío de la mañana se posaba delicadamente sobre el suelo haciendo el hecho de pisarlo peligrosamente resbaladizo. Las inmaculadas paredes grises parecían acercarse la una a la otra a medida que ella avanzaba corriendo entre el infinito número de enormes tubos de acero que entrecortaban la calle formando toda clase dedibujos y diagonales haciendo imposible avanzar sin tener que hacer innumerables saltos, sprints, volteretas y toda clase de acrobacias, pero su velocidad era tal y se movía tan fluidamente que hacía que pareciera un juego de niños. Corría tan rápido que aunque no hubiera ninguna corriente de aire la capa que cubría casi por completo su rostro, sus hombros y su espalda, ondeaba con tal fuerza quedibujaba una serie de trazados semejantes a ondas por todos los recovecos por los que pasaba.
Sus botines de cordones cruzados hacían un ruido sordo cada vez que nuestra protagonista daba un paso, por lo que al ir corriendo por encima de los tubos de metal se podía oír toda una sinfonía y una gran sonata de golpes y sonidos metálicos, y aun sabiendo que eso la ponía en desventaja no parecía afectarlo más mínimo a su forma de avanzar a través de la gris y oscura calle y no se detuvo hasta haber llegado a su destino.
El lugar al que había llegado era exactamente igual que el resto del camino recorrido, a excepción de que las paredes se habían separado dejando más espacio entre ellas y los tubos se habían desviado hacia los lados, lo que permitía tener una amplia vista del sitio, y de labifurcación de veinte caminos de los cuales solo había uno correcto.
Miró primero a su izquierda y luego a su derecha, pero no consiguió ver nada, ni a nadie. Cerró sus ojos momentáneamente y se concentró en sus demás sentidos, y entonces fue cuando lo oyó, una especie de murmullo, de susurro… había alguien más en aquel sitio. Se dio la vuelta rápidamente, a tiempo de parar con el brazo el golpe delextraño hombre que en ese instante apareció tras ella.
-Eres demasiado ruidosa Caeli… ¿no te lo parece?-Dijo el hombre.
-No.
-Tú tan franca como siempre.-Se rió y se quedó mirándola durante un momento- ¿qué haces aquí?
-Eso es algo que no te incumbe. - La sonrisa desapareció del rostro del hombre y desvió la mirada hacia los tubos de acero que rodeaban la sala.
-No… no es posible… ¿has venidoa por neón?
-¿Por qué haces preguntas cuyas respuestas ya conoces?
-No pienso darte neón.
-Ya lo suponía.
En ese instante Caeli dio un salto y desapareció, dejando solo en la sala al confuso y asustado hombre.
-¿Caeli? ¡Caeli! No puedes hacer esto. –Las extremidades del hombre entraron dentro de una sucesión de temblores y escalofríos. –Vamos, sal de donde estés, esto… esto no es justo.Caeli salió de su escondite y como si se tratara de un relámpago, apareció ante el tembloroso hombre, lo agarró por el cuello y haciendo gala de una fuerza tenebrosa estampó a su víctima contra uno de los tubos.
-¿Qué no es justo? –Dijo Caeli, sujetando al hombre fuertemente contra el metal. -¿Acaso es justo que la gente muera por vuestra culpa? Los celestes os habéis cebado a robar las plantas deTerraquia para llevarlas a Celestia, habéis dejado a los terráqueos sin oxígeno… ¡Necesito el neón para la máquina de aire o morirán demasiados inocentes! –Caeli lo dejó caer al suelo y se puso de cuclillas ante él.
-Yo… no puedo decirte nada… me matarán…
-Tranquilo.
Caeli alzó levemente las manos con suavidad, tomo aire y se quitó la oscura capa que cubría su rostro, lo que provocó que elhombre que tenía delante de ella se quedara con la boca entreabierta y los ojos fijos en ella.
-Tu pelo… -Hizo una breve pausa. –Tu pelo es azul grisáceo y tus ojos son grises, eso significa que…-Caeli le interrumpió antes de que pudiera acabar.
-Solo quiero el neón, por favor, lo necesito.
El hombre tomó aire, miró a Caeli a los ojos y después miró de reojo los tubos de acero del primer camino...