Ollantay
1. TERTULIANO
(De oral., VI, 1-4)
·TERTULIANO/PATER PATER/TERTULIANO
¡Qué elegantemente dispuso la sabiduría divina el orden de esta
oración, colocando, tras las peticiones que se refieren a las cosas
celestiales—el nombre, la voluntad y el reino de Dios—, aquellas
relativas a nuestras necesidades terrenas! Pues el Señor había dicho: Buscad primero el reino de Dios y todo lo demás se os dará
por añadidura»1.
De modo espiritual, sin embargo, debemos entender: «danos
hoy nuestro pan de cada día», dado que Cristo es «nuestro pan»
porque Cristo es vida y, siendo vida, es pan. «Yo soy el pan de la
vida»2, dijo; y un poco antes: «pan es la palabra del Dios vivo, que
bajó del cielo»3. También afirmó, para mostrarque su cuerpo es
considerado pan: «esto es mi cuerpo»4. Pidiendo «nuestro pan de
cada dia», suplicamos, pues, vivir siempre unidos a Cristo e
indisolublemente ligados a su cuerpo.
La interpretación literal de esta petición, sin embargo, puede
estar de acuerdo con la fe religiosa y la disciplina espiritual. Pues
prescribe pedir el pan, la sola cosa necesaria a los fieles, preocupándose de lo demás los paganos5. Es lo que (el Señor)
inculca con ejemplos y corrobora con parábolas, cuando dice:
«¿Acaso un padre quita el pan a los hijos, para darlo a los
perros?»6; asimismo: «¿acaso al hijo que pide pan, le dará (el
padre) una piedra?»7. Muestra, pues, lo que los hijos esperan de
su padre. También pedía pan aquel amigo que de noche llamaba
a la puerta8. Con razón, sinembargo, añade: «dánosle hoy»,
quien había prevenido: «No os afanéis por vuestro alimento de
mañana»9. Y para esta enseñanza propuso también la parábola
de aquél, que, tras una rica cosecha, ideó ampliar sus graneros
para asegurarse larga vida, cuando había de morir aquella misma
noche10.
Il. SAN CIPRIANO
(Sobre la oración dominical, 18-21)
·CIPRIANO/PATER PATER/CIPRIANOContinuando el «padrenuestro» pedimos y decimos: «el pan
nuestro cotidiano dánosle hoy». Esto puede interpretarse
espiritual o literalmente, porque ambos sentidos aprovechan para
la salud del alma; en efecto, «el pan de vida» es Cristo y este pan
no es de todos, sino nuestro. Y al modo que decimos «Padre
nuestro», porque lo es de los creyentes y de los que le conocen,
así le llamamos también«pan nuestro», porque Cristo es el pan de
los que tomamos su cuerpo. Este es el pan que pedimos nos dé
«cada día», no sea que los que estamos en Cristo y recibimos
diariamente la eucaristía del pan celestial por algún delito grave
nos veamos separados del cuerpo de Cristo, como declara y dice
él mismo: «Yo soy el pan de vida, que bajó del cielo; si alguno
comiere de mi pan, viviráeternamente; y el pan, que yo diere, es
mi carne para la vida del mundo»11. Cuando declara, por tanto,
que vive eternamente el que comiere de ese pan, es claro que los
que viven son los que toman su cuerpo y reciben la eucaristía por
derecho de participación. Al contrario, es de temer que, si uno
queda excluido y separado del cuerpo de Cristo, no vaya a
alejarse de la vida; y por ello se hade rogar, ya que amenaza
Cristo con estas palabras: «Si no comiereis la carne del Hijo del
hombre y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros»12.
Por lo mismo pedimos cada día que se nos dé «nuestro pan», esto
es, Cristo, a fin que los que permanecemos y vivimos en Cristo,
nunca nos separemos de su santificación ni de su cuerpo.
Empero, también puede entenderse en el sentido deque los
que hemos renunciado al mundo y rechazado las riquezas y
pompas a cambio del don espiritual que recibimos por la fe, sólo
debemos pedir el alimento y sustento, ya que nos lo advierte el
Señor con estas palabras: «El que no renuncia a todo lo que tiene,
no puede ser mi discípulo»13. Ahora bien, el que empieza a ser
discípulo de Cristo, conforme al aviso de su Maestro,...
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