ONF

José Jiménez Ortiz.

No es culpa ni mérito nuestro que vivamos en una
época en que el apocalipsis del hombre se ha vuelto
un suceso cotidiano.
La utopía ha perdido toda su inocencia.
-Peter Sloterdijk
Espacio social e independencia
Cuando en 1874 Nadar puso su local a disposición
de los impresionistas para que pudieran exhibir sus
pinturas, abrió la posibilidad a la ciudadanía de
tomar controlde los espacios culturales creados en
torno a sus propias necesidades e intereses. Ser
constantemente rechazados por el Salón Oficial de
París por no satisfacer los criterios tradicionales
de la academia (1), fueron motivo suficiente para
emprender la construcción de un espacio descentralizado y cuyas reglas de operación fueran creadas
por los mismos artistas. Desde entonces, muchos han
creado apartir de esa alternativa un jugoso negocio (Nader cobró en aquella oportunidad cincuenta
céntimos por entrar a ver la exposición y vendió
catálogos a cambio de un franco), mientras otros se
entusiasman con la idea de llenar el vacío generado

por la crisis de representación social que constantemente viven las instituciones culturales.
Sea como negocio descentralizado del estado, o cómo
una opcióna la política cultural de lo que Bourdieu
define como “distinción” (2), durante todo el siglo
XX y la primera década del XXI, la proliferación de
espacios independientes ha sido constante y ha ido
progresivamente en aumento en prácticamente todo el
mundo. Distintos factores han contribuido al acelerado proceso de gestación de dichos espacios. En
primer lugar, la ya mencionada crisis derepresentación de las instituciones oficiales. Es evidente
que los museos, departamentos de cultura y anexas,
cubren mínimas demandas de una sociedad cada vez más
estratificada y heterogénea en sus necesidades
culturales. Si a ello sumamos el hecho de que los
recursos y las energías de dichas instancias son
gastadas principalmente en proyectos culturales legitimados plenamente por las mayorías, resultasencillo entender la necesidad de estas plataformas
alternativas. Como segunda causa, tenemos la creciente ciudadanización del espacio social (3).
La democratización del entorno hipermoderno (4) ha
permitido que diversos actores sociales se apropien

de un espacio que suponen les pertenece, con la finalidad de construir soluciones específicas de su cotidianeidad, desde una liga llanera de fútbol,hasta
un laboratorio para promover el arte contemporáneo.
La crisis económica ha reorientado severamente la
naturaleza de las prácticas paternalistas del estado, dándole cada vez más libertad a ciertos grupos
sociales de actuar en consecuencia propia.
Distintos factores han contribuido al acelerado proceso de gestación de dichos espacios. En primer
lugar, la ya mencionada crisis de representación delas instituciones oficiales.
Es evidente que los museos, departamentos de cultura
y anexas, cubren mínimas demandas de una sociedad
cada vez más estratificada y heterogénea en sus necesidades culturales. Si a ello sumamos el hecho de
que los recursos y las energías de dichas instancias
son gastadas principalmente en proyectos culturales
legitimados plenamente por las mayorías, resulta
sencilloentender la necesidad de estas plataformas alternativas. Como segunda causa, tenemos la
creciente ciudadanización del espacio social (3).
La democratización del entorno hipermoderno (4) ha

permitido que diversos actores sociales se apropien
de un espacio que suponen les pertenece, con la
finalidad de construir soluciones específicas de su
cotidianeidad, desde una liga llanera de fútbol,
hasta unlaboratorio para promover el arte contemporáneo. La crisis económica ha reorientado severamente la naturaleza de las prácticas paternalistas
del estado, dándole cada vez más libertad a ciertos
grupos sociales de actuar en consecuencia propia.
Por último, podría mencionar el drástico cambio que
ha sufrido el trabajo como cosa social. Las sociedades organizan su vida cotidiana y planifican el
futuro en...