Ongs

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¿A QUIÉN SIRVEN LAS ONGS?
Después de unos años de adormecedor consenso y casi unánime elogio a las ONGs, ha ido creciendo el pensamiento crítico sobre el papel que juegan estas organizaciones.
En un primer momento se dejaron sentir el eco y la influencia de los escritos del sociólogo norteamericano James
Petras, al que le cave el mérito de haber iniciado un análisis de las limitaciones ymitos del mundo de las ONGs
justo en su momento de mayor auge. Pero más recientemente se ha ido formando un sentimiento crítico más sólido y arraigado entre los activistas de los movimientos solidarios, la mayoría de los cuales hemos participado en las
actividades de estas organizaciones y, algunos, todavía participan en ellas.
El sentimiento crítico ante las ONGs gana terreno en los movimientossolidarios
En poco tiempo ha empezado a quedar empañada la visión idílica de ese mundo que transmiten los medios de
comunicación. El artificial aura que rodeaba a las actividades de cooperación, y a los cooperantes, empezó también a perder brillo. Paralelamente, y esto es más significativo, se ha empezado a romper la alianza y la división
del trabajo que se creó, especialmente en torno a lasmovilizaciones por el 0,7%, entre la acción de los movimientos solidarios y las ONGs.
Hace unos años, algunos, tanto en la Plataforma 0,7%, como entre las ONGs, teorizaron e impulsaron un peculiar
reparto de tareas: unos, los movimientos solidarios, debíamos “agitar el árbol”, y otros, las ONGs, “recogerían las
nueces”... A los movimientos sociales nos correspondía la tarea de “brazo armado” delas ONGs, enfrentarnos al
gobierno, denunciar las falsedades y la insuficiencia de la Ayuda al Desarrollo, porque las ONGs no tenían las
manos libres para impulsar movilizaciones contra quienes les financiaban y porque a ellas les correspondía administrar los fondos y realizar los proyectos, nacidos de la presión social...
La prueba de fuego de esta “alianza” se dio en 1994, tras lasimpresionantes movilizaciones a favor del 0,/%, cuyo
principal resultado fue el fortalecimiento económico y político de las ONGs, así como su legitimación social. De
aquellas movilizaciones salió un importantísimo incremento de las subvenciones a las ONGs por parte del Gobierno Central, Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos, una relación de diálogo y negociación entre
el gobierno y las ONGs,la creación de Consejo de Cooperación, la negociación, discusión y promulgación de la
Ley de Cooperación, el Plan Director de Cooperación... Los valedores de esta división del trabajo exhibieron como
importantes éxitos estos resultados durante los que podemos calificar de “años dorados de las ONGs”, entre 1994
y 1999.
Pero al poco se empezaron a ver las realidades: Si las ONGs fueron lasprincipales beneficiarias de las movilizaciones, no lo fue la ayuda al desarrollo. Mientras aumentaban las subvenciones públicas a esas organizaciones de
una manera considerable (se multiplicaron por tres en un año), los fondos totales destinados a ayuda al desarrollo
por parte del gobierno disminuían en los años 1994, 1995, 1996 y 1997, sin que, hasta la fecha, se haya alcanzado el porcentaje delPIB que la AOD tuvo en 1993 (0,28%), el año anterior a las movilizaciones.
Por otro lado, el comportamiento vergonzoso de la mayoría de las ONGs en el Consejo de Cooperación y en los
debates sobre la Ley de Cooperación, la alianza que creyeron haber creado con el Ministerio de Exteriores (especialmente Intermon), su vocación por el cabildeo (“lobby”), la continua rebaja de planteamientos yobjetivos, etc.,
junto con la evidencia de los retrocesos en materia de cooperación al desarrollo, empezaron a distanciar los caminos de los activistas y los de las ONGs.
Ahora parece que ha terminado el período de gracia, la luna de miel, entre las ONGs y los movimientos solidarios,
a la vez que se termina también entre éstas y el Ministerio de Asuntos Exteriores (por decisión unilateral del...