Opiniones De Un Payaso
Esta edición ePUB contiene el libro Opiniones de un payaso de Heinrich Böll publicado por la editorial Editorial Seix Barral, S. A., ISBN: 9788452202463 Título original: Ansichtcn eines Clowns traducido por Lucas Casas Fecha de la edición original: 1973
Primera Versión de este ePUB:2011-02-23 Versión Plantilla CSS: BBPPLARdTv1_163.cssAtribuciones:escaneado y maquetado por tereftalico
Reseña: Opiniones de un payaso presenta la historia de Hans Schnier, un payaso de profesión, ateo, a quien le ha sido vedada la felicidad. A través de las opiniones, reflexiones, recuerdos y diálogos telefónicos de Schnier en su apartamento de Bonn, al que ha llegado hace unos pocos días y por primera vez desde que su mujer, Marie, lo ha dejado, la novelaconstruye un retrato fiel y minucioso de una época difícil para Alemania, los tiempos de posguerra, los días transcurridos después del fin de la Segunda Guerra Mundial y el nacionalsocialismo, la construcción del Muro de Berlín y otros sucesos de suma importancia para toda la humanidad. Además de ello, Böll, con una elaborada ironía, realiza una crítica a la sociedad religiosa de Alemania, tanto lacatólica como la protestante. Todo ello desde la voz de un payaso desencantado, en el temprano declive (tiene veintiocho años) de su vida. Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Opiniones_de_un_payaso" Para Annemarie
1 Oscurecía ya cuando llegué a Bonn, y me forcé esta vez a no poner en marcha el piloto automático que en cinco años de viajar se ha formado en mi interior: bajar las escalerasdel andén, subir las escaleras del andén, dejar maleta, sacar billete del bolsillo del abrigo, recoger maleta, entregar billete, al puesto de periódicos, comprar periódicos de la tarde, salir a la calle, llamar un taxi. Durante cinco años partí yo casi todos los días de algún punto y llegué a cualquier otro punto, por la mañana subía y bajaba las escaleras de la estación, por la tarde bajaba ysubía la escaleras de la estación, tomaba taxis, buscaba dinero en el bolsillo de mi chaqueta para pagar al conductor, compré periódicos en el quiosco, y en algún rincón de mi conciencia disfruté la incuria minuciosamente estudiada de este piloto automático. Desde que Marie me ha abandonado para casarse con este católico, Züpner, el funcionamiento se ha hecho todavía más automático, sin perder suincuria. Para el trayecto de la estación al hotel, del hotel a la estación, hay una unidad de medida: el taxímetro. Y así dista dos marcos, tres marcos, cuatro marcos cincuenta de la estación. Desde que Marie se ha ido, he perdido el ritmo alguna que otra vez, he tomado el hotel por estación, nervioso ante la conserjería he buscado mi billete o a la entrada del andén he preguntado al empleado el númerode mi habitación, algo, llámesele casualidad, o lo que sea, me hizo recordar mi profesión y mi situación. Soy un payaso, de profesión designada oficialmente como "Cómico", no afiliado a ninguna Iglesia, de veintisiete años de edad, y uno de mis números se titula: la partida y la llegada, una larga (casi demasiado) pantomima, en la cual el espectador acaba confundiendo la llegada con la partida;puesto que frecuentemente vuelvo a ensayar dicho número en el tren (consta de más de seiscientos mutis, cuya coreografía debo naturalmente tener presente),, es evidente que de vez en cuando cedo a mi propia fantasía: entro precipitadamente en un hotel, busco con la vista el cuadro de salidas de trenes, lo descubro al fin, subo o bajo corriendo las escaleras, para no perder mi tren, en tanto que nonecesito más que subir a mi habitación y
ensayar mi número. Afortunadamente me conocen en la mayoría de ¡os hoteles; en el intervalo de cinco años se alcanza un ritmo con escasas posibilidades de variación, que de ordinario se puede tomar por una cierta armonía interior — y que además preocupa a mi representante, quien conoce mi manera de ser. Lo que él llama "la sensibilidad del alma de...
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