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SOBRE EL LENGUAJE COMO IDEOLOGÍA
(contra el confusionismo de Kumar)

Desde su moción por Antoine Destutt de Tracy, como disciplina destinada al estudio de las ideas, en plena Ilustración, la “ideología” estuvo signada instrumentalmente, dado que, como “ciencia” estudiosa de las ideas de la época, servía para reformar la sociedad postrevolucionaria. A causa de su finalidad, experimentódiversas variaciones semánticas. Entre el valor atribuido originalmente y los que le sobrevinieron, conforme la sociedad capitalista se complejizaba, sobresalen los definidos por Napoleón Bonaparte y Karl Marx, en los cuales, prevalece el sentido peyorativo. En el emperador se refería a sus cultores, mientras que, el filósofo, en su Ideología alemana, le impuso un carácter paródico, al asumir sulimitación al estudio de la crítica alemana del sistema filosófico hegelliano, en los trabajos de la “… novísima filosofía en la persona de sus representantes Feuerbach, B. Bauer y Stirner y del socialismo alemán en la de sus diferentes profetas…”1La burla, con que K. Marx descalificó al idealismo alemán por su falta de seriedad, quedó perfectamente clara en el epíteto aplicado al paradigma filosófico yla definición que dio de sus cultores.
Posteriormente, la noción moderna de “ideología” adquirió seriedad entre los pensadores occidentales y cristianos y se transformó en argumento justificatorio de las más diversas especulaciones. La ideología sirvió para explicar desde la moda, hasta la carrera espacial, fincándola en un universo metafísico definitivamente ajeno al materialismo histórico deK. Marx y absolutamente improcedente a los propósitos definidos por éste. La ideología pasó de ser una práctica a un objeto, con una capacidad de determinación similar a la fe. En cuanto tal, “ideología” transmutó en objeto mágico, como el cuerno del Unicornio, a cuyo toque entes y prácticas se modificaban. El fetichismo, implícito en la semántica de la noción, retrotrajo su contenido alpensamiento de la alta edad media, como forma fantasmagórica con que se manifestaba la acción de cierto nigromante, siempre ajeno a las relaciones humanas y ubicado más allá de las condiciones concretas en que se desarrollaban, como un símil del demiurgo platónico.
En la medida en que la identificación del sujeto causante se hizo más lejana, su producto devino en autodeterminado y con “aires de familia” ala mano invisible que equilibra los mercados. Su naturaleza etérea adquirió propiedades de un elemento litúrgico que se introdujo como variable interviniente en los fundos de los herederos, en diverso grado, de Ferdinand de Saussure y, en sus versiones más actuales, los desposeyó de la original aspiración a una capacidad descriptiva similar a la de las matemáticas. El reconocimiento del evidentecarácter histórico del signo, ignoto por los seguidores del ginebrino, hizo necesaria la búsqueda de una causa que no remitiera directamente a las coyunturas de su enunciación, sino a un Empíreo transhistórico. De ello deriva que, aun cuando en los enunciados de F. Saussure, referidos al signo lingüístico, haya ecos de cierto materialismo (obsérvese los parecidos entre las relaciones expresión –contenido y base – superestructura), los estructuralismos europeo y norteamericano sólo asumieron la entidad como una correspondencia per se, negando la condición arbitraria que caracteriza al objeto. La existencia del significado desligado de toda relación es una pretensión ociosa que no permite ver al signo como objeto dialéctico incurso en relaciones hegemónicas, sino como una relación decomponentes aislables y, por lo tanto, indeterminada, de manera que resulta muy difícil que, desligado de la relación de la cual es partícipe solidario y de la finalidad que lo dota de valor, un significado pueda ser instrumento de dominación. La inmanencia contenida en tales razonamientos fue paradójicamente la “ideología” que des-ideologizó al signo, substrayéndole el elemento motivador de su...