Oracion De Electiva De Humanidades

ADMINISTRAR LA INVESTIGACIÓN UNIVERSITARIA
Eduardo Domínguez Gómez
El siguiente texto fue escrito siendo director general de investigaciones en la Universidad Pontificia
Bolivariana (1995 – 2001) y profesor Asociado de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, U de A. Su
versión extensa fuem impresa en la editorial UPB. Fue publicado en la revista Debates (Estudiantes de
Sociología U de A,Nº. 23, jun., 1998. pp. 15 -19), también en la revista Vademécum del Grupo Bitácora, U de
A. (Nº 02, abr.-jul.).

Lo dejo tal cual para que identifiquemoas en este foro lo que ha cambiado desde entonces
en nuestras universidades.
• ¿Por qué investigar?
La pregunta parece insulsa por los millones de veces que se formula en nuestras
universidades y por la obviedad de la respuesta queescuchamos: "si no investigamos,
desaparecemos como institución que busca la transformación del mundo y de los seres
humanos en ese mundo". Pero no hay tal pérdida de sentido del interrogante, más cuando
escribimos Investigación con mayúscula. Porque aquí empieza la diferencia de respuestas y
salen a la superficie las actitudes de las universidades frente al conocimiento:
Unas, se muestranresignadas a la condición de países tercermundistas, siempre esperando
con humildad las maravillas de la ciencia desde las potencias mundiales, convencidas de
que todo se resuelve allí y que, si mucho, podemos lograr adaptación tecnológica y
apropiación, en forma de pegamento, de las ciencias que allá florecen. Sus docentes viven
convencidos de que nada nuevo es posible mientras no estemos en igualdadde condiciones
geopolíticas y que cualquier proyecto está condenado al fracaso porque una vez que
busquemos aliados, irremediablemente las fuerzas superiores nos devorarán.
Otras, audaces hasta la inocencia, se aprestan a convertirse en satélites de las potencias,
dispuestas a disfrutar los conocimiento nuevos, a la manera de caja de resonancia, sin que
medie una observación crítica queaclare las características históricas y contextuales que
diferencian a los países.
La historia de la ciencia entre nosotros, se ha visto fuertemente condicionada por ambas
posturas, que son dos caras de una misma moneda: la postración intelectual. Y de ahí surge
la irresponsabilidad frente a los deberes sociales e históricos de las instituciones
universitarias, premisa indispensable para ladesfiguración de su naturaleza. Por esta vía,
gran cantidad de centros de enseñanza no entienden la meta de ser constructoras y
revaluadoras del conocimiento, ni su destino de conciencia crítica de la sociedad, y derivan
con éxito sorprendente hacia empresas que deben garantizar por anticipado altos márgenes
de utilidad monetaria.
Por fortuna, la presión de las nuevas circunstancias del mundo,están favoreciendo en
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nuestro país una tercera actitud, hasta hace poco minoritaria y discriminada: la de quienes
creemos que precisamente por las características geopolíticas en que nos desempeñamos, es
más urgente hacer ciencia. Porque del hacer científico surgen alternativas que alimentan el
cambio de nuestra condición, siempre que sepamos establecer alianzas entre las
universidades, elEstado, los empresarios y las organizaciones sociales que contribuyen a
concretar los aportes de las ciencias en la vida cotidiana.
Haciendo ciencia potenciaremos nuestras conciencias para evaluar con claridad lo que
sirve y lo que estorba de la producción científica en el mundo, a la vez que nos
capacitamos para ejercer, desde las universidades, el control y la crítica oportuna a la
gestiónde todos los sectores responsables del acontecer social.
Naturaleza de nuestro hacer científico hoy
Durante el siglo veinte han predominado dos modos de entender el proceso histórico de la
ciencia: Para unos investigadores, entre ellos el historiador George Sarton, el químico
James B. Conante y el físico Ernest Rutherfor, la ciencia procede por acumulación de
conocimientos, que evolucionan...