oracion
Cantamos:
Alma, buscarte has en Mí,
y a Mí buscarme has en ti.
1. De tal suerte pudo amor,
alma, en mí te retratar,
que ningún sabio pintor
supiera con tal primor
tal imagen estampar.
2. Fuiste por amor criada
hermosa, bella, y así
en mis entrañas pintada,
si te perdieres, mi amada,
Alma, buscarte has en Mí.
(…)
(…)
3. Porque tú eres mi aposento,
eresmi casa y morada,
y así llamo en cualquier tiempo,
si hallo en tu pensamiento
estar la puerta cerrada.
4. Fuera de ti no hay buscarme,
porque para hallarme a Mí,
bastará sólo llamarme,
que a ti iré sin tardarme
y a Mí buscarme has en ti.
* * * * *
Parece que me contradigo (…) porque, cuando consolaba a las que no llegaban aquí [a sentir ‘gustos’ al orar], dije que tenía el Señordiferentes caminos por donde iban a Él (…) Así lo torno ahora a decir (…) Mas no dijo: “por este camino vengan unos y por éste otros”; antes fue tan grande su misericordia, que a nadie quitó procurase venir a esta fuente de vida a beber. ¡Bendito sea por siempre! (20,1).De modo que quienes no inician o dejan la oración por evitarse frustraciones o errores: huyen del bien para librarse del mal; nunca tanmala invención he visto: bien parece del demonio. ¡Oh Señor mío, tornad por Vos! ¡Mirad que entienden al revés vuestras palabras! ¡No permitáis semejantes flaquezas en vuestros siervos! (21,8).
Recitamos juntos el salmo 139 (138), luego a dos coros y finalmente por párrafos. Al terminar, lo meditamos en silencio y, quien lo desee,
repite en alto alguna frase; cada 3 ó 4 de estas resonanciasvolvemos a cantar el estribillo “Alma buscarte has en Mí…”
1Señor, tú me sondeas y me conoces; 2me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; 3distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares.
4No ha llegado la palabra a mi lengua, y ya, Señor, te la sabes toda. 5Me estrechas detrás y delante, me cubres con tu palma. 6Tanto saber me sobrepasa,es sublime, y no lo abarco.
7¿Adónde iré lejos de tu aliento, adónde escaparé de tu mirada? 8Si escalo el cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, allí te encuentro;
9si vuelo hasta el margen de la aurora, si emigro hasta el confín del mar, 10allí me alcanzará tu izquierda, me agarrará tu derecha.
11Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra, que la luz se haga noche en torno amí», 12ni la tiniebla es oscura para ti, la noche es clara como el día.
13Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. 14Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente, porque son admirables tus obras; conocías hasta el fondo de mi alma, 15no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejiendo en lo profundo de la tierra, 16tus ojos veían misacciones, se escribían todas en tu libro; calculados estaban mis días antes que llegase el primero.
17¡Qué incomparables encuentro tus designios, Dios mío, qué inmenso es su conjunto! 18Si me pongo a contarlos, son más que arena; si los doy por terminados, aún me quedas tú.
23Señor, sondéame y conoce mi corazón, ponme a prueba y conoce mis sentimientos, 24mira si mi camino se desvía, guíame porel camino eterno.
No os pido ahora que penséis en Él ni que saquéis muchos conceptos ni que hagáis grandes y delicadas consideraciones con vuestro entendimiento; no os pido más de que le miréis. Pues, ¿quién os quita volver los ojos del alma, aunque sea de presto si no podéis más, a este Señor? Pues podéis mirar cosas muy feas, ¿y no podréis mirar la cosa más hermosa que se puede imaginar? Puesnunca, hijas, quita vuestro Esposo los ojos de vosotras. Haos sufrido mil cosas feas y abominaciones contra Él y no ha bastado para que os deje de mirar, ¿y es mucho que, quitados los ojos de estas cosas exteriores, le miréis algunas veces a Él? Mirad que no está aguardando otra cosa, como dice a la esposa, sino que le miremos. Como le quisiereis, le hallaréis. Tiene en tanto que le volvamos a...
Regístrate para leer el documento completo.