Oracion
Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amaste a los hombres, que les diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo, en nombre de todos los mortales, te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él, te ofrezco la pobreza,humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, suplicándote por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
(Se reza tres veces el Gloria al Padre)Día quinto Diciembre 20
Consideración
Ya hemos visto la vida que llevaba el Niño Jesús en el seno de su purísima Madre; veamos hoy la vida que llevaba María durante el mismo espacio de tiempo. Necesidad hay de que nos detengamos en ella, si queremos comprender, en cuanto es posible a nuestra limitada capacidad, los sublimes misterios corresponder a ellos.
María no cesaba de suspirarpor el momento en que gozaría de esa visión beatífica terrestre: la faz de Dios encarnado. Estaba a punto de ver aquella faz humana que había de iluminar el cielo durante toda la eternidad. Iba a leer el amor filial en aquellos mismos ojos, cuyos rayos debían esparcir para siempre la felicidad en millones de elegidos. Iba a ver aquel rostro todos los días, a todas horas, a cada instante durantemuchos años. Iba a verlo en la ignorancia aparente de la infancia, en los encantos particulares de la juventud, en la serenidad reflexiva de la edad madura. Haría todo lo que quisiese de aquella faz divina, podría estrecharla contra la suya con toda la libertad del amor materno, cubriría de besos los labios que debían pronunciar la sentencia a todos los hombres, lo contemplaría a su gusto durante susueño o despierto, hasta que lo hubiese aprendido de memoria. ¡Cuán ardientemente deseaba ese día!.
Tal era la vida de expectativa de María; era inaudita en sí misma, mas no por eso dejaba de ser el tipo magnífico de toda vida cristiana. No nos contentemos con mirar a Jesús habitando en María, sino que pensemos que en nosotros también habita por esencia, potencia y presencia. Si, Jesús nacecontinuamente en nosotros, por las buenas obras que nos hace capaces de cumplir, y por nuestra cooperación con la gracia. La manera del alma de que se halla en gracia es un seno perpetuo de María, un Belén interior sin fin. Después de la comunión, Jesús habita en nosotros durante algunos instantes y sustancialmente como Dios y como Hombre, porque el mismo Niño que estaba en María está también en elsantísimo sacramento. ¿Qué es todo eso sino una participación de la vida de María durante esos maravillosos meses, y una expectativa tan llena de delicias como la suya?
Oración a la Santisima Virgen(Para todos los días)
Soberana María, que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te acogiese por madre suya: te suplico que tú misma prepares ydispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo hicieran esta novena, para el nacimiento espiritual de tu adorado Hijo. ¡Oh dulcísima Madre! Comunícame algo del profundo recogimiento y la divina ternura con la que agradaste, para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
(Se reza tres veces el Ave María y 1 Gloria)
Oración a San José(Para todos losdías)
¡Oh Santísimo José, esposo de María y padre putativo de Jesús!: infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza; te ruego por el amor que tuviste al Divino Niño, me abrases en fervorosos deseos de verlo y recibirlo sacramentalmente, mientras en su divina esencia lo veo y lo gozo en el...
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