Oratoria
Al hablar de oratoria estamos hablando del arte de hablar en público, y que no solo un buen expositor nace, sino se hace mediante diferentes técnicas que ayudan desde la postura detucuerpo hasta la modulación de tu voz y tu carácter en el papel expositivo para manejarte de forma correcta ante una audiencia.
La oratoria, materia que muchos confunden con comunicación, es elarte deemitir adecuadamente, es decir, elaborar un buen discurso desde todos los puntos de vista: el contenido, la forma, la argumentación. Con todo, olvidamos que nos quedamos a medio camino.Lacomunicación siempre debe tener en cuenta a quien escucha y estar atento al intercambio, al feedback, que recibimos.
La comunicación eficaz es la base de la negociación. Negociar es intercambiar, noescompetir. Para que una negociación sea óptima todos los participantes deben sentir que están satisfechos de los acuerdos conseguidos. Un discurso brillante que aniquila los argumentos de los demásno esconstructivo. Y la negociación construye, no destruye. Aprender oratoria, formarse en el arte del discurso es algo que hoy en día queda ya obsoleto. Los discursos grandilocuentes no contribuyenalentendimiento entre las personas sino al lucimiento personal, nada más. Lo realmente importante es que nuestro mensaje llegue al receptor, que éste sienta que buscamos la colaboración y quenuestraspalabras sean la base de un entendimiento mutuo.
En el mundo jurídico, el abogado debe ocuparse más de aprender a negociar que a lanzar bonitos discursos. Incluso ante el juez, el abogadoganaráeficacia si conoce las técnicas de negociación. La razón es sencilla: no sólo estará atento a lo que emite sino a lo que recibe. Cuando uno está únicamente centrado en él mismo pierde la perspectivadelo que ocurre a su alrededor. Por ello, es mucho más fácil cometer errores. En cambio, si estamos atentos a lo que percibimos, sabemos calibrarlo y buscar soluciones que beneficien a todos, o...
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