organigrama del ministerio de educacion

abogansteres

Por negocio, intereses, diversión y placer, los abogánsteres se mueven en un mundo en el que la regla no es lo correcto, sino la excepción. La constante es lo chueco. Su profesión sedesenvuelve a diario en un abismo sórdido de corruptelas, dinero, y poder. Son los abogados que operan al servicio de la corrupción y la criminalidad organizada.
Pero como en cada profesión, todosconocen de qué pata cojea cada quien, y ellos ya hasta aquilatan esa fama –de marrulleros– que se han hecho. Hacerse nombre equivale a atraer más clientes; igual o más mafiosos que los anteriores.
Quesu prestigio esté en entredicho les importa poco. Se vanaglorian de estar al tanto, para servir de intermediarios y sobornarlos, de quienes son los jueces y magistrados corruptos; de “negociar”fianzas benévolas y medidas sustitutivas; de saber cómo retrasar procesos judiciales; de hacer que un juez rechace pruebas por errores insignificantes y así lograr condenas muy menores para sus clientes.Contratar un abogánster incluye también hacerse de este conjunto de artimañas: el soborno, el chantaje, el litigio malicioso y hasta la amenaza. Hace ya mucho tiempo ellos cruzaron la línea entre lalegítima defensa y la complicidad con las fechorías de sus defendidos.
Estos señores y señoras alardean cuando logran “meterle goles” al Estado de derecho y a la justicia. Son ellos quienes han hechoque víctimas, sobrevivientes que sufrieron hechos terribles y se atrevieron a declarar contra sus victimarios, y llevar sus casos ante los tribunales, todavía confiando en un sistema que se sabepodrido, vean frustradas sus esperanzas de justicia. Con maestría en mañas y doctorado en deshonestidad, como operadores de la impunidad que son, los abogánsteres son uno de sus engranajes más importantes.Comparándolos con otra profesión, la de los médicos, es como si un galeno gozara tanto matando a sus pacientes.
Así son estos abogadillos que han sabido sacar grandes beneficios personales de la...