Origen al sobrenombre de los guayaquileños "monos".
Hacia 1693 era soberano de España Carlos II. Desquiciado y entregado a prácticas piadosas, creía ser víctima de maleficios infernales, por loque se despreocupó de los asuntos del reino, y encargó de todo a su madre y a su favorito. Tratando de hallar alivio para sus males, Carlos II se refugió en la compañía de ciertos animales que teníanenjaulados en una sala del palacio.
Supo un día que, allá en sus remotas tierras del nuevo mundo, había curiosos animales llamados monos, que podrían formar parte de su colección. Es así que en 1765,envió un pedido en un galeón que llegó a Guayaquil, solicitando dos ejemplares.
Se echó a volar por calles y plazas la petición del Rey, mientras las damas guayaquileñas comentaban “El buenosoberano quiere monos que lo diviertan”.
Las autoridades pasaron oficios a todos los tenientes y cartas a las haciendas de Baba, Pueblo viejo, Palenque, Pimocha, Balzar, Yaguachi, Daule y Balao. Duró lapersecución treinta y cinco días. En la plaza de Santo Domingo, un jurado especial compuesto por el Corregidor, el Depositario General y el Alguacil Mayor, estuvo encargado de examinar los dos mejoresrepresentantes de la especie, pues moraban cerca de 30 variedades en estas tierras.
Resultaron electos dos ejemplares de elevada estatura y reluciente pelaje negro, con la excepción de un cuelloblanco, a modo de collar. A fines del año partieron los agraciados a España en un barco. Está por demás decir que Carlos II quedó encantado con los monos. Novelero, instaló dos jaulas para ellos y losalimentaba personalmente, riendo con los saltos y gracias de los animales.
Cierta tarde, casi al anochecer, el desventurado monarca fue víctima de una crisis nerviosa, y desquiciando echó a correrdejando puertas y jaulas abiertas, para refugiarse en su oratorio.
Mas ocurrió que uno de los monos, encariñado con su amo, lo siguió hasta la capilla. Carlos II no lo vio y el mono trepó al altar hasta...
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