ornamento y delito

 ¿EL ORNAMENTO ES DELITO?












DAVID BEDOYA ORREGO
SEBASTIAN ARISTIZBAL MORALES
CRISTIAN VELEZ RAMIREZ









UNIVERSIDAD CÁTOLICA DE PEREIRA
ÁREA DE TEORÍA E HISTORIA DE LA ARQUITECTURA
PEREIRA-RISARALDA
2013
¿EL ORNAMENTO ES DELITO?





DAVID BEDOYA ORREGO
SEBASTIAN ARISTIZBAL MORALES
CRISTIAN VELEZ RAMIREZ





Trabajo presentado comorequisito para la materia de Teoría e Historia





Ensayo presentado al Profesor Mauricio Álzate




UNIVERSIDAD CÁTOLICA DE PEREIRA
ÁREA DE TEORÍA E HISTORIA DE LA ARQUITECTURA
PEREIRA-RISARALDA
2013
INTRODUCCIÓN

El siguiente ensayo consta de la perspectiva de los autores entorno al artículo de opinión publicado por Adolf Loos en 1908 “Ornamento y delito”.
En él se plantea como elornamento en sus múltiples expresiones, bien sea en obras arquitectónicas o en cualquier otro objeto en general, representa una distorsión en cuanto a la belleza objetiva que le correspondiese a este objeto, como si se tratara de un estorbo sin más.
Así pues, a continuación se desarrolla el contenido del ensayo, seguido de la conclusión general y por último la bibliografía del mismo.¿EL ORNAMENTO ES DELITO?

A lo largo del tiempo, el ser humano desde diversos campos ha incursionado en el aspecto ornamentista, bien sea para rendir tributo a sus dioses, como en el caso de algunas civilizaciones antiguas o como se ha visto últimamente en donde el ornamento se ha hecho con un lugar importante dentro de las sociedades.
Pues es claro que elornamento se ha inmiscuido en la mayoría de artículos confeccionados por el ser humano incluyendo también a las composiciones arquitectónicas y es allí en donde Loos discrepa rotundamente.
Para Loos, el ornamento no cumple una función determinada, por el contrario, actúa como contractor de la belleza de un objeto, pues según él, un objeto es bello cuando cumple su función para la cual existe, cuando sellega a la esencia de ese objeto y para él es claro, que el ornamento obstaculiza ese logro.
Es por ello, que Loos con una comparación un tanto arrogante, tilda de primitivos a aquellos que usan el ornamento para embellecer una composición como tal. De allí señala como los papúas de Nueva Guinea, o como algunas culturas indígenas se ornamentan el rostro y algunas partes de su cuerpo, pero elhombre moderno, no, aquel hombre que prescinde del ornamento, es el que ha evolucionado culturalmente; pues él mismo ha dicho en su artículo: “La evolución cultural equivale a la eliminación del ornamento del objeto usual”.
Así pues, para hacer una ejemplificación de la evolución cultural de la que el autor habla, cita un caso de dos hombres con los mismos ingresos y pretensiones, pero que viven endos civilizaciones diferentes. Suponiendo que el primer hombre sea contemporáneo al autor, y el segundo sea del siglo XV, Loos afirma que el primero obtendría mas rentabilidad económica al prescindir de lo ornamentado, en cambio, el segundo hombre estaría más susceptible a un resquebranto económico por preferir lo ornamentado, lo cual es mucho más costoso.
Por otro lado, enfatizando aún más sobrelo banal que resulta ornamentar, Loos hace una crítica sobre el gasto de material y de trabajo que significa el tener que ornamentar: “Hoy en día, el ornamento, en aquellas cosas que gracias a la evolución pueden privarse de él, significa fuerza de trabajo desperdiciada y material profanado” Así también como al despilfarro económico que el ornamento representa “…Pero tirar monedas de oro en vez deguijarros, encender un cigarrillo con un billete de banco, pulverizar y beberse una perla es algo antiestético”.
Aun así, ¿de verdad se puede asegurar que el ornamento es delito? Para dar una respuesta clara a esta cuestión, el portal web Decoesfera asegura lo siguiente: “…No hay que confundir la ausencia de ornamento con la renuncia a la decoración. Decorar es algo mucho más complejo y...