Otelo
William Shakespeare
ACTOS IV y V
OTELO, DESDÉMONA, YAGO, EMILIA, GRACIANO
(En escena Yago y Otelo. Yago mustio alimenta los celos de Otelo.)
YAGO
¿Qué pensáis?
OTELO
¿Qué he de pensar, Yago?
YAGO
¿Qué os pareció ese beso?
OTELO
(Con enojo) ¡Beso Ilícito!
YAGO
Puede ser sin malicia.
OTELO
¿Sin malicia…? Eso es hipocresía y querer engañar al demonio.Arrojarse
A tales cosas sin malicia es querer tentar la omnipotencia divina. (Pausa) Yago,
una cosa que me dijisteis anda revoloteando sobre mi, como grajo sobre el
techo infestado de pestilencia.
¿Es cierto que Casio recibió ese pañuelo de manos de mi amada
Desdémona…?
YAGO
¿Y qué importa?
OTELO
Pues no me parece nada bien.
YAGO
(Con calumnia) ¿Y si yo te dijera que presencievuestro agravio?
OTELO
¿Y él ha dicho algo?
YAGO
Si, General mío. Pero tranquilizaos, porque todo lo desmentirá.
OTELO
¿Y qué es lo que dijo?
YAGO
¡Que estuvo con ella...! No sé que más dijo.
OTELO
(Exaltado) ¿Con ella?
YAGO
Si, con ella.
1
OTELO
¡Con ella! ¡Eso es vergonzoso, Yago! (Pausa) Anda haz lo tuyo, y llama a
Emilia.
(Yago sale) ¡Elpañuelo… confesión y horca! No, ahorcarle primero y
confesarle después… Horror me da el pensarlo. Horribles presagios turban mi
mente. Y no son vanas sombras. ¿Será verdad...?
(Entra Emilia.)
OTELO
¡Di sólo verdad! ¿A Casio y a ella, los has visto juntos?
EMILIA
No he advertido ni siquiera nada sospechoso entre ellos, y eso que ni una de
sus palabras se me ha escapado.
OTELO
Rara cosa.EMILIA
Me atrevería a jurar
que es fiel y casta. Desterrad de vuestro ánimo toda
sospecha contra ella. Maldito sea el infame que os la haya infundido. Ella es
mujer de bien.
OTELO
Llámala. Dile que venga pronto. (Sale Emilia) Ella habla claro, pero si fuera
confidente de sus amores, ¿No diría lo mismo? Es moza ladina y quizá oculta
mil horribles secretos. Y sin embargo yo la hevisto arrodillada rezando.
(Entra Desdémona y Emilia.)
DESDÉMONA
¿Qué mandáis señor? ¿Para que me queréis…?
OTELO
(A Emilia) Aléjate, déjanos solos, y cierra la puerta. Si alguien se acerca
haznos señal tosiendo.
(Sale Emilia.)
DESDÉMONA
¿Qué pensamientos son los tuyos? No te entiendo, pero pareces loco
furioso.
OTELO
¿Y tú qué eres?
DESDÉMONA
Tu fiel esposa.2
OTELO
Si lo juras, te condenas eternamente, aunque puede que el demonio al
ver tu rostro de ángel, dude en apoderarse de ti. ¡Jura que eres mujer de
bien!
DESDÉMONA
Dios lo sabe.
OTELO
Dios sabe que eres falsa como el infierno.
DESDÉMONA
¿Falsa yo…? ¡Día infausto! No me eches la culpa de haber perdido tu
empleo, quizá por odio de mi padre. Lo que tú pierdes, lo pierdoyo
también.
OTELO
¡Ojalá que el cielo agotara sobre mi fortaleza, todas las calamidades…!
¿Por qué me muestras ceñudo como el infierno tu rostro?
DESDÉMONA
¿Pero qué delito es el mío?
OTELO
Hasta el mismo sol y luna se escandalizan de él… ¿Qué cuál es tu
delito…? ¡Infame ramera!
DESDÉMONA
¿Por qué me ofendes así…? Yo me he conservado tan pura e intacta
como el vaso quesólo tocan los labios del dueño. Lo juro como mujer
cristiana.
OTELO
¿No eres infiel?
DESDÉMONA
¿Qué es esto? ¡Piedad Dios mío!
OTELO
(Arrepintiéndose) Perdóname señora: os confundí con aquella astuta
veneciana que fue esposa de Otelo. ¡Perdóname, por qué no puedo
dejar esta duda…!
(Sale Otelo desesperado. Y entra Emilia.)
EMILIA
Señora, ¿Qué sospecha atormenta avuestro marido?
3
DESDÉMONA
No puedo llorar, ni hablar sin llorar. (Solloza) ¿Será justo lo que hace
conmigo? ¿Habré andado alguna vez poco recatada, dando ocasión a
sus sospechas?
EMILIA
¿Qué alteración es ésta?
(Entran Yago.)
YAGO
¡Señoras! (Hace una reverencia)
EMILIA
¡Ay Yago! El moro la ha insultado, llamándola ramera.
DESDÉMONA
¿Y yo merecía esto…? ¡Esa...
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