Otra Vida
El hogar San Camilo se encuentra ubicado en el jirón Huanta número 300 justo en mismo centro de Barrios Altos. Está bajo la dirección del Padre Ceferino, un viejo y alegre andaluz que lleva casi veinte años en el Perú y casi toda una vida dedicada en brindar ayuda a los enfermos y necesitados.
Con unrostro alegre y sereno que invita a la paz y la tranquilidad el padre Ceferino suele hablar muy franca y cordialmente, mientras nos muestra algunas fotos nos relata que el Hogar se fundó en 1995, prácticamente sobre la nada, en lo que fue el antiguo claustro de los religiosos camilos; desde entonces hasta la fecha siempre han trabajado con el mismo ardor, de manera silenciosa pero a la vez arduay diligente.
El hogar San Camilo viene ayudando a cerca de mil enfermos en Lima, y gracias a la colaboración de los voluntarios y una excelente administración se ha venido ampliando la cobertura de sus diversos programas.
El padre Ceferino menciona, con singular alegría, que actualmente tienen 35 voluntarios, jóvenes que le hacen creer que la esperanza viene con la fe, y que pese a ladesinformación, las personas ahora toman más en serio este problema.
Carlos Ayala es un joven voluntario de 22 años, estudiante de psicología de la universidad Federico Villareal, cuenta que la primera vez que vino al hogar fue cuando tenía 17 años en una visita del servicio comunitario con su grupo de catequesis de confirmación y que al ver las imágenes, estás le impactaron tanto y entoncesdecidió que sí tenía que ayudar tenía que hacerlo desde adentro. Él lleva ya, tres años en el voluntariado del Hogar.
Al igual que Carlos la mayoría de voluntarios que colaboran en el Hogar san Camilo visitaron sus instalaciones, por primera vez, con sus grupos de confirmación de sus respectivas Parroquias.
Carlos viene todos los martes al hogar, a cumplir su “misión” de voluntario, como él mismoenfatiza. Junto a Alejandra rosas y Julio Riberos, dos de sus compañeros de tarea, tienen a su cargo el cuidado el aseo, el cuidado, la educación y la recreación de los niños, que asisten todos los días para que se le administre los retrovirales.
Es las dos de la tarde, los niños marchan al tópico del Hogar formando una fila, tomados de las mano; los guían Carlos y Alejandra en un ritual quequizá no comprendan pero que los acompañará toda su vida.
El suministro de los retrovirales es otra de las principales ayudas que brinda el Hogar, a sus más de 700 pacientes muchos de los cuales desisten de ir a los hospitales y centros de salud por el motivo de ser señalados y mal atendidos.
Alejandra nos cuenta que desde 1999 este programa fue ampliado y se ha empezado a visitar a los enfermosa sus casas, y hay un compromiso de que estas visitas domiciliarias lleguen a ser una visita formal a todos los enfermos cero positivos del Perú. Desde que empezó este programa de visitas, se han atendido a más de 2000 pacientes en sus casas.
Alejandra Rosas tiene 18 años y es admirable la entrega y las ganas con la que asume su voluntariado dentro del Hogar, y fuera, su compromiso con la...
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