Otra Vision
LENGUAJE SOBRE DIOS
http://www.mercaba.org/FICHAS/DIOS/108.htm
Introducción
LOS TRATADOS cristianos clásicos, tanto los de Teología propiamente tal como los de esa rama de la filosofía que se denomina «Teología natural», después de haber hablado de la existencia de Dios, se empleaban largamente en hablar de su esencia y de sus atributos.
Hoy nos resulta difícil haceralgo así. En general, desconfiamos mucho de que sobre nada lleguemos a saber «la esencia»; preferimos evitar esa palabra, que nos suena pretencioso, y la sustituimos por otras como «constitución», «condición»... Pero en el caso de Dios la repugnancia es mayor y más fundada. Arrogarnos un conocimiento de la esencia divina sería no sólo ingenuamente pretencioso; podría ser contradictorio, y, si nosempeñáramos en hacerlo, nuestro empeño tendría algo de sacrílego, sería como una profanación del absoluto Misterio.
Y, sin embargo, hablamos de Dios. La fe no es muda. Necesita expresarse y no puede hacerlo sin referirse a Dios. Al decir «Dios» profesa decir algo realmente significativo, algo de algún modo inteligible, algo inequívocamente diverso de todo lo demás; de lo contrario su expresiónsería un «bla-bla-bla» sin sentido. Pero, ¿acierta en esto? He aquí cómo el problema de la esencia de Dios no se disuelve sin más; nos deja como residuo insuperable, al menos, un problema del lenguaje sobre Dios.
El prestar particular atención al lenguaje es un rasgo típico de casi todas las filosofías del siglo XX. Suponen, con razón, que el lenguaje es no sólo el medio del pensamiento humano,sino como su cara externa y, por tanto, el modo mejor que tiene el hombre de apreciar el alcance de su poder cognitivo. La teología cristiana actual y las filosofías que se plantean en nuestros días el tema de Dios han acogido ese principio metodológico y se plantean centralmente el problema del lenguaje sobre Dios. Es el modo más modesto como retorna no poco de lo que antes se presentaba como«esencia y atributos de Dios».
Pero las mismas razones que nos aportaban respetuosamente de hablar de la esencia de Dios, si se apuran, problematizan todo lenguaje humano sobre Dios. ¿Qué decimos cuando decimos «Dios»? O, más radicalmente: ¿Es que decimos algo cuando decimos «Dios», si lo que queremos es apuntar hacia el Misterio absoluto, propiamente inefable?
1 Bajo el primado de la invocación
LAúnica entrada razonable en el tema es la que arranca de una observación relativamente simple: el creyente monoteísta, mucho más que «sobre Dios», habla «a Dios». Y este mismo hablar a Dios no es para él separable de toda una actitud en la que, podemos decir, vive ante Dios, con Dios, desde Dios.
Decir esto no es, en modo alguno, tratar de eludir las dificultades que tiene la pretensión de hablarsobre Dios. Ya que, en definitiva, le es esencial al creyente monoteísta acabar diciendo una palabra sobre Dios. Pero sería un desenfoque concebir a ese creyente como un ser humano que se define por hablar sobre Dios, prescindiendo del contexto en que lo hace; cuando es precisamente ese contexto el que confiere sentido y legitimidad a su modesto hablar sobre Dios.
Veámoslo en los ejemplos másrelevantes de la tradición profética. Sabemos que, desde SÖDERBLOM, son comprendidas en esa tradición las religiones del próximo Oriente, desde MOISÉS y ZARATUSTRA hasta MUHAMMAD; en contraposición con la religiosidad «mística» de las tradiciones del Asia más oriental (India y China)1. La tradición profética es la que ha mantenido el monoteísmo y, por tanto, la que aquí nos interesa.
1.1
Dios en ellenguaje de los profetas «EN EL NOMBRE de Dios, el Clemente, el Misericordioso ... » Cualquier lector del Corán recordará sin duda este comienzo de cada una de sus azoras como lo más impresionante -en medio de tantas cosas que le habrán resultado poco comprensibles o anodinas-. El profeta MUHAMMAD (MAHOMA), hay que concluir, vivió una intensa experiencia religiosa que para él fue llamada de...
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