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Páginas: 6 (1382 palabras)
Publicado: 26 de septiembre de 2014
Enviado por ei en septiembre 25, 2012 – 10:50 am
NOTA: El 2 de agosto (2012), en el apunte No. XII sobre el ensayo de Mons. De Céspedes Félix Varela. Pasión por Cuba y por la Iglesia, escribí: “18 de enero de 1821: Empieza Félix Varela sus clases en dicha Cátedra deConstitución. El discurso inaugural ofrecido por el Profesor Félix Varela ese día, publicado originalmente por El Observador Habanero, fue transcrito por Mons. De Céspedes en su libro Pasión por Cuba y por la Iglesia (pp. 113-118) y será reproducido próximamente en este sitio.”
Lo que está transcrito a continuación es lo prometido. En este “Discurso Inaugural” Félix Varela habla de “una obra pequeña que ibaa presentar por esos días en La Habana; el propio Mons. De Céspedes aclara en la página 118 de su trabajo que se trata de Observaciones sobre la Constitución de la monarquía española, editada en la Imprenta de Don Pedro Nolasco Palmer e hijo, en La Habana, en el mismo año 1821, poco después de inaugurada la cátedra”. (Emilio Ichikawa)
Félix Varela
Si al empezar mis lecciones en esta nuevaCátedra de Constitución pretendiera manifestar la dignidad del objeto exigiendo vuestros esfuerzos y empeños en su estudio, haría sin duda un agravio a las luces, y una injuria al patriotismo; pues hablando a españoles en el siglo XIX, debe suponerse que no solo aman su patria, su libertad y sus derechos, sino que por instinto, fruto de los tiempos, saben distinguir estos bienes, y que un códigopolítico que los representa con tanta armonía y fijeza merecerá siempre su consideración y aprecio.
Fácil me sería prodigar justos elogios a este nuevo establecimiento debido al patriotismo de una corporación ilustrada, y al celo de un Prelado, a quien distinguen, más que los honores, las virtudes: y yo llamaría a esta cátedra, la cátedra de la libertad, de los derechos del hombre, de las garantíasnacionales, de la regeneración de la ilustre España, la fuente de las virtudes cívicas, la base del gran edificio de nuestra felicidad, la que por primera vez ha conciliado entre nosotros las leyes con la filosofía, que es decir, las ha hecho Leyes; la que contiene al fanático y déspota, estableciendo y conservando la Religión Santa y el sabio Gobierno; la que se opone a los atentados a las nacionesextranjeras, presentando al pueblo español no como una tribu de salvajes con visos de civilización, sino como es en sí, generoso, magnánimo, justo e ilustrado.
Mas estos y otros muchos elogios me alejarían de mi objeto, que es dar una corta idea del plan que me propongo seguir en la explicación de nuestras leyes fundamentales, para manifestar el armonioso sistema político que contiene unaconstitución, que, para valerme de las expresiones del heroico y sensato Agar, si no es la obra más perfecta del entendimiento humano, al menos es la mejor que conocemos en su clase, y el fruto más sazonado que podía prometerse la España, en las angustiadas circunstancias de 1812. El mundo entero vio con asombro salir casi de entre las filas un código en que se proclamaba y establecía casi de un modopermanente la libertad del más noble pero más desgraciado de los pueblos. Sus opresores temblaron ante este nuevo esfuerzo de la madre de los héroes. Viéronla, viéronla, sí, conmoverse a la tremenda voz de libertad lanzada por el patriotismo, y temieron pisar su suelo que de cada punto brotaba miles de Alfonsos y Pelayos, que la hacían no menos insigne y admirable en la política que gloriosa yformidable en las batallas. El teatro de la guerra fue el centro de las luces; y la virtud pensó tranquila, discurrió sensata, mientras la perfidia acometía turbada, proyectaba vacilante. La patria dictaba leyes justas, mientras el déspota maquinaba inicuas opresiones. La patria hacía felices, mientras el tirano inmolaba víctimas.
Los inmortales autores de nuestra sabia Constitución clasificaron con...
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