Paciencia
CARDIOSALUDABLES
Jesús Román Martínez Álvarez
Pedro Mata
Emili Ros
Xavier Pintó
ALIMENTACIÓN FUNCIONAL Y HÁBITOS DE VIDA CARDIOSALUDABLES
ALIMENTACIÓN FUNCIONAL
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INTRODUCCIÓN
Para poder prevenir su aparición y sus consecuencias, es necesario abordar de forma decidida los factores de
riesgo que se han demostrado directamente relacionados con estasenfermedades, como son el tabaquismo, la dislipemia, la obesidad, la diabetes, la hipertensión y, más recientemente, la hiperhomocisteinemia.
Asimismo, es muy importante educar a la población para que adquiera hábitos de vida saludables: desde
la realización de un ejercicio físico adaptado a las necesidades individuales hasta el cumplimiento de unos
hábitos dietéticos que no sólo no perjudiquensu estado de salud, sino que ayuden a mejorarlo.
En este contexto, cabe destacar la aparición en los últimos años de los denominados alimentos funcionales:
alimentos que además de su capacidad nutritiva pueden aportar beneficios sobre la salud de quienes los
consumen y que están cada vez más avalados por la evidencia científica.
En la presente publicación abordaremos los conocimientos actualessobre algunos de los ingredientes funcionales más importantes y su papel en la prevención del riesgo cardiovascular.
ALIMENTACIÓN FUNCIONAL Y HÁBITOS DE VIDA CARDIOSALUDABLES
La prevalencia de las enfermedades cardiovasculares está aumentando en todo el mundo; no sólo en los
países desarrollados sino también, y de forma más importante, en los países en vías de desarrollo.
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SALUDCARDIOVASCULAR
E INGREDIENTES FUNCIONALES
DE LA DIETA
ALIMENTACIÓN FUNCIONAL Y HÁBITOS DE VIDA CARDIOSALUDABLES
Jesús Román Martínez Álvarez
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SALUD CARDIOVASCULAR
E INGREDIENTES FUNCIONALES
DE LA DIETA
ALIMENTACIÓN FUNCIONAL Y HÁBITOS DE VIDA CARDIOSALUDABLES
Jesús Román Martínez Álvarez
Facultad de Medicina. Universidad Complutense. Madrid
Presidente de la Sociedad Españolade Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA)
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En los países desarrollados, e incluso en aquellos en
vías de desarrollo, la preocupación de las autoridades sanitarias es creciente en lo que se refiere a las
principales causas de mortalidad. La verdadera novedad en este ámbito durante los últimos años es la
tendencia a considerar las patologías más frecuentes
(obesidad, cardiopatíaisquémica, hipertensión, diabetes, osteoporosis…) no como sucesos aislados e
independientes, sino más bien como distintas caras
de una moneda demasiado frecuente: un estilo de
vida inadecuado que se extiende durante gran parte
de la vida del paciente e, incluso, desde su infancia
o la época perinatal. En este estilo de vida, que propiciaría la aparición y el aumento de la mortalidad ymorbilidad por las patologías citadas, serían determinantes la composición del conjunto de la dieta (incluyendo la presencia o no de determinados elementos no nutritivos) y el grado de actividad física.
Esta visión conlleva un modo específico de intervenir para mejorar la salud de la población: favorecer
estilos de vida saludables incorporando dietas más
adecuadas a las necesidades individuales,junto con
la recomendación de practicar ejercicio de forma
regular e implantar la pertinente educación para la
salud desde la escuela en edades tempranas.
Hay que tener en cuenta que la OMS y la FAO
estimaron que en el año 2001 las enfermedades
crónicas representaron aproximadamente el 59%
de los 56,5 millones de defunciones comunicadas
en todo el mundo y el 46% de la carga de morbilidadmundial1. Además, recalcaban, la carga que
suponen las enfermedades crónicas (entre ellas
las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la
diabetes y la obesidad) aumenta rápidamente en
todo el mundo.
En el mismo informe figuraban sugerencias concretas para modificar la dieta cotidiana y aumentar el
gasto de energía mediante:
Reducción de los alimentos muy energéticos
ricos en grasas...
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