paciencia
Hoy existe una creciente conciencia en amplios sectores de la Iglesia de que se hace necesaria una actitud general de coherencia en el respeto atoda vida humana. Desde nuestro punto de vista, la actitud de respeto a la vida no-nacida debe extenderse a otros problemas en que la vida humana está cuestionada. Unode ellos es el de la pena de muerte; la condición de «no-inocente» del delincuente no le priva de su intrínseca dignidad humana. El don de la vida no debe serrelativizado por el hecho de que se trate de una persona culpable.
En esa búsqueda general de coherencia es extraordinariamente importante crear cauces de ayuda a lasmujeres que viven su embarazo con dificultad. La institución eclesial, como otros movimientos que defienden la vida no-nacida, no pueden limitarse a declaraciones deprincipio y acciones legales. Tienen, además, el cometido de organizar sistemas de ayuda para poder evitar el aborto. Existen indiscutiblemente algunas realizacione
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