Padre rossi
Cuaresma fue el camino hasta la puerta de Jerusalén
En este momento litúrgico: la entrada a la semana santa, los invito y me invito acolocarme frente a este momento espiritual personal.
El Domingo de Ramos se nos presenta como una interpelación: “Semana Santa ¿entramos? ¿o no?”
Este Domingo Jesús entra a Jerusalén. Estaascensión hacia Jerusalén comenzó mucho antes, pero llega aquí a su punto álgido.
Es una fiesta ‘agridulce’: por un lado lo reconocen como Rey, pero por otro comienza su soledad.
Tratemosde ubicarnos con nuestra imaginación a la entrada de Jerusalén: estamos a la entrada, junto a Jesús. El entra, y nos pregunta “¿entrás conmigo? Es entrar, pero para ir a la pasión y Cruz. Porsupuesto, será para después ir a la resurrección. Jesús nos dice: el que trabaje conmigo de día y vele conmigo de noche, el que me acompañe en las penas, también me va a acompañar en la gloria.
Jesúsentra al momento más crucial de su vida, y como hombre no puede no sentir la resistencia a este camino doloroso. Pero según lo narra el Evangelista “…cuando llegó el tiempo de su partida de este mundoJesús tomó la decisión de ir a Jerusalén” (Lc 9,51) Otros usan la expresión “endureció el rostro y se encaminó” Hay decisiones en la vida de todo hombre, y también en la de Cristo, que hay que darlosasí: endureciendo el rostro, tragando saliva, apretando mandíbulas y encarando.
Hasta ahora, los discípulos venían siguiendo a un hombre fascinante, escuchando palabras encantadoras de bondad, demisericordia, de humildad, de sanación. Ahora el seguimiento, si se mantienen en la decisión de hacerlo, cambiará de forma y tomará la forma del despojo. Y seguir a un ‘despojado’ no es nadaatrayente, por un lado, porque un despojado no tiene nada que ofrecer, y por otro, porque es imposible sin dar el paso del propio despojo. A esto se refería Jesús cuando decía “el discípulo no es menos que...
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