Padres

Fe cristológica y dignidad de las mujeres.
Sugerencias para una travesía de des-ocultamiento y compañerismo

Virginia R. Azcuy
Facultad de Teología de la UCA-Buenos Aires
Facultades de Filosofía y Teología-San Miguel

En el contexto de América Latina y el Caribe, la conexión real y temática entre los pobres y las mujeres –también entre ellos, los indígenas y los afro-descendientes– estájustificada por el anclaje que han tenido las teologías hechas por mujeres en el movimiento global de liberación. Situada en este marco, tomaré como punto de partida la siguiente expresión de Benedicto XVI en el Discurso Inaugural a la Conferencia de Aparecida: la opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica.1 La propuesta es pensar la relación entre fe cristológica ydignidad de las mujeres, retomando la fuerza reflexiva-práctica que tiene el binomio fe-justicia en las iglesias de América Latina y Argentina. Mi relectura de la fórmula magisterial, desde la perspectiva de las mujeres, intenta crear un puente entre el magisterio de la Iglesia Católica y las teologías feministas cristianas,2 para mostrar la posibilidad de un diálogo fecundo al servicio de una vidaplena para las mujeres y para todos. En efecto, el camino pionero en teología iniciado por las mujeres cristianas en las últimas cuatro décadas resulta una interpelación ineludible cuando se quiere dar respuesta a la persistente desigualdad que sufren y resisten las mujeres a escala mundial. En esta encrucijada, se hace necesario indagar los fundamentos y los criterios de un feminismo teológicocristiano, a la vez que desafiar al quehacer teológico actual en su conjunto. En esta presentación, seguiré tres momentos: 1. La promoción de la dignidad de las mujeres, verdad implícita en la fe cristológica; 2. Los rostros de las mujeres entre el sufrimiento y la lucha por una vida plena; 3. La irrupción de las teologías feministas, como ¿una ocasión para re-hacer la teología cristiana? En fin,son sólo algunas sugerencias para una travesía de des-ocultamiento y compañerismo.3

1. La dignidad de las mujeres, verdad implícita en la fe cristológica

La constitución pastoral Gaudium et spes ha propuesto una afirmación cristológica de largo alcance en el magisterio de la Iglesia católica: “en el misterio del Verbo hecho carne se esclarece el misterio del hombre”.4 Tanto Juan Pablo II comoBenedicto XVI han retomado esta enseñanza y la han profundizado:5 en su carta apostólica Novo Millennio Ineunte, Juan Pablo II nos exhorta a contemplar el rostro de Cristo, caminar desde Él y ser testigos del amor mediante “la práctica de un amor activo y concreto en cada ser humano”, entendida como “una página de cristología”, en la que la Iglesia comprueba su fidelidad y su ortodoxia” (NMI 49).Si utilizamos una óptica favorable a las mujeres y un lenguaje inclusivo al leer estas enseñanzas,6 podemos afirmar –explicitando lo ya contenido en la enseñanza del magisterio– que en el misterio del Verbo encarnado se esclarece el misterio del varón y la mujer (cf. GS 22). Como parte de la cristología, se nos pide ver a qué grado de entrega puede llegar la caridad hacia los y las más pobres, yaque millones y millones de personas –varones, mujeres, niños y niñas– viven en condiciones de vida muy por debajo del mínimo requerido por la dignidad humana (cf. NMI 49, 50).
En el Discurso Inaugural de Benedicto XVI a la V Conferencia de Aparecida, se retoman las mismas enseñanzas en continuidad con la carta apostólica Deus Caritas est, sobre todo los temas de unidad del amor a Dios y delamor al prójimo, y con las perspectivas de las Conferencias de Medellín, Puebla y Santo Domingo. Se nos dice que la fe en Cristo y la vida en él no es una fuga hacia el intimismo, hacia el individualismo religioso, un abandono de la realidad urgente de los grandes problemas económicos, sociales y políticos de América Latina y del mundo. Que “el encuentro con Dios es, en sí mismo y como tal,...