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HACIENDO MALABARISMOS: EL DILEMA DE LA
DEUDA Y EL DESARROLLO (País 1)
Original de la profesora Gayle Allard, Instituto de Empresa.
Versión original, 13 mayo de 2005. Traducción, 6 de marzo de 2006.
Publicado por el Instituto de Empresa, Departamento de Publicaciones. María de Molina 13, 28006 – Madrid, España.
©2005 Instituto de Empresa. Prohibida la publicación total o parcial de este documentosin el permiso explícito y por escrito
del Instituto de Empresa.

Había sido un día muy difícil de trabajo, y el hombre del traje arrugado cerró la puerta, bajó las
persianas y descolgó el teléfono para poder concentrarse en los acontecimientos del día. Esa
mañana, los sindicatos, que habían sido sus aliados más fieles en el pasado, habían anunciado
que apoyarían una protesta popular contra suplan de reforma del sistema de pensiones. Antes
de comer, había llamado un representante del Fondo Monetario Internacional para que le
explicara por qué no había conseguido cumplir los objetivos fiscales de su plan de
estabilización. Por la tarde había salido el último dato de inflación, que se encontraba dos
puntos porcentuales por encima de las proyecciones de sus expertos en economía; y la
monedadel país, que ya había sufrido los efectos de la subida de tipos de E.E.U.U., estaba
siendo castigada nuevamente en los mercados de divisas internacionales. Además, acababa
de salir de una reunión de su gabinete de ministros, en la que habían debatido durante cuatro
horas los recortes presupuestarios necesarios para controlar el déficit público. No habían
llegado a ningún acuerdo; ¿quién iba a serel primero en ofrecerse a recortar el presupuesto de
su ministerio?
El hombre no comprendía cómo un panorama tan alentador hace unos pocos meses, cuando
ganó la presidencia por un margen histórico, podía haber cambiado tan deprisa. Las masas
que llenaban las calles el día de su investidura habían creído que él iba a ser capaz de hacer
un milagro: reducir la pobreza y las grandes desigualdadessociales e inspirar la confianza de
inversores internacionales, cuyos fondos eran necesarios para el desarrollo del país. Y durante
sus primeros meses, incluso durante las duras negociaciones con banqueros extranjeros e
instituciones multilaterales, conservó su optimismo. Tenía que haber una forma de compaginar
la justicia social y la solvencia financiera del país. Sólo había que tener carisma,corazón e
imaginación, y la confianza de su pueblo.
A pesar de todo, estaba viendo derrumbarse sus ilusiones. Tal vez los críticos tenían razón: su
país tenía que elegir entre las grandes necesidades sociales, y las exigencias de inversores y
banqueros internacionales. Tal vez era imposible hacer malabarismos entre los objetivos
sociales, y los financieros y económicos.
El hombre ojeó el informe que lehabían entregado por la mañana, que contenía proyecciones
para los principales indicadores económicos1. Algunas noticias eran buenas: el crecimiento del
PIB estaba subiendo después de un año de crecimiento próximo a cero, con lo cual la tasa de
paro bajaría de un nivel que él consideraba inaceptable, dadas sus promesas de crear puestos
de trabajo para los pobres y marginados. Otras noticias, sinembargo, eran malas. La inflación,
siempre problemática en los últimos años, probablemente superaría su objetivo de 4%. Y el
déficit público probablemente sobrepasaría el objetivo que había fijado con el FMI.

1

Ver Tabla 1.1 en el Anexo Estadístico para datos completos de los principales indicadores económicos durante el año
actual (Año 4) y los tres anteriores; y para las predicciones oficialespara los próximos dos años (Años 5 y 6).

Instituto de Empresa
SIMULADOR DE POLÍTICAS ECONÓMICAS. PAÍS 1:
HACIENDO MALABARISMOS: EL DILEMA DE LA DEUDA Y EL DESARROLLO.

EC8/107-A

La tendencia general de los datos no era nueva. Durante los últimos cuatro años, el país había
alternado entre crecimiento bajo e inflación alta, siempre acompañados por altas tasas de
desempleo. Los expertos...