Pajoy
Los zapatos gigantes y el sombrero tipo Bombin, completaban lo que el maquillaje anunciaba. Caminó pausadamente hacia el centro de la plaza. Abrió su valija y comenzó a ordenar lasfuturas sorpresas. Hay que tener todo listo, nunca se sabe que truco es el más oportuno hasta el momento justo.
La poca gente que había en el lugar, con gestos, se adelantaba a los hechos. Algunos sefueron maldiciendo, comparando a los políticos con los payasos. Otros, tomaron del brazo a sus hijos e inventaron alguna excusa poco creíble para irse rápidamente. Las parejas se sintieroninvadidas y se refugiaron en algún otro lugar de la plaza. Algunos viejos se quedaron, no por entusiasmo, moverse les implicaba mucho esfuerzo.
Hubo una sola persona que se quedo, esperando, quesuceda algo maravilloso.
Era un niño, prolijamente peinado y vestido. Se acercó, miro al artista y amablemente preguntó:
– ¿Usted es pobre?
El artista se sorprendió, nunca le habían preguntadoalgo así.
– No, ¿por qué? – retruco amablemente.
– Porque trabaja en la calle – el niño siguió, como repitiendo una fórmula –. Si trabajas en la calle, sos pobre.
Las palabras del niñoentristecieron al artista. Había una gran contradicción en lo que estaba sucediendo. Un discurso de adulto lleno de prejuicios, una mirada de niño llena de ilusión. El artista respiro hondo y muyseriamente respondió:
– Todo lo contrario, pequeño amigo – acomodó su corbata a lunares y continuó –. Te voy a compartir un secreto: Soy un hombre muy rico, tan rico, que por el resto de mi vida puedodedicar mi tiempo a hacer lo que mas me gusta – hizo una pausa, miro fijamente al niño y en voz baja dijo – lo que mas me gusta es esto. – en ese momento abrió su valija revelando todos sus secretos.El niño abrió grande los ojos y la sonrisa dejo a la luz sus pequeños dientes.
Salió corriendo para contarle a sus padres.
Rico y payaso.
Ahora si.
Le dejarán ver la función....
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