Palabras del Presidente Juan Manuel Santos en el acto de condecoración al Nuncio Apostólico, Monseñor Aldo Cavalli
No lo hacemos, monseñor Cavalli, como un acto protocolario más. Lo hacemos con elentusiasmo y la convicción del corazón, con el afecto que usted mismo sembró en nosotros durante los 5 años y medio en que hemos tenido la fortuna de tenerlo en nuestro país como Nuncio Apostólico de SuSantidad y Decano del Cuerpo Diplomático.
Con este homenaje queremos decirle cuánto apreciamos su trabajo permanente y eficaz para fortalecer las relaciones entre Colombia y la Santa Sede, y paraapoyar, con la fuerza moral de la Iglesia, nuestros esfuerzos por la paz, por la equidad y la prosperidad de todos los colombianos.
Usted, monseñor Cavalli, además de cumplir una impecable labordiplomática como representante del papa Benedicto XVI –y muy recientemente del papa Francisco–, ha cumplido también una gran misión pastoral en nuestro país, que ha recorrido en su integridad, visitandotodas las arquidiócesis, diócesis y vicariatos apostólicos.
Con un especial carisma se ha acercado a los jóvenes y universitarios, reafirmando nuevos valores y paradigmas de vida.
Ha mantenido unaincansable labor por la defensa de principios e instituciones que son la base de nuestra sociedad, como la vida, la familia, la educación y el bien común.
Ha compartido las angustias ysufrimientos de muchos, especialmente de los pobres y de los enfermos, e incluso ha estado involucrado en el mundo de la cultura a través del ‘Festival de Cine Sagrado’ de Bogotá.
Siempre que ha habido unainiciativa benéfica para los colombianos, una necesidad de apoyo por parte de la comunidad internacional, usted, monseñor Cavalli, ha estado presente, con una calidez y una inteligencia que lo hacen...
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