Palacio De Mari
Después de la caída de Ibbi-Sin, el último rey de la dinastía, bajó la presión de poblaciones normales, en primer lugar de las tribus amorritas, el marco político se volvió muy confuso. Hacia 1900 a. C., gentes de estirpe semítico-occidental, acaso procedentesde la región de Alepo, ocuparon nuevamente la ciudad, y en poco tiempo la transformaron en un poderoso estado en expansión a lo largo de las orillas del Éufrates. Entre victorias y derrotas militares, los reyes de Mari lograron abrirse un acceso al mar, y en consecuencia al control del rico tráfico costero. En ese momento el rey Iahud-Lim fue asesinado por sus sirvientes, y el poderoso rey asirioSamsi-Ada se adueñó de la ciudad. El monarca nombró como gobernador a su hijo Iasmah-Adat. Con este golpe de mano, a la posesión del valle del Tigris se añadían la del Éufrates y el anhelado acceso al mar. De este modo nacía el primer imperio de los belicosos pueblos del Tigris.
La antigua ciudad fue identificada por casualidad en verano de 1934, cuando un grupo de beduinos, al excavar la tumbade un pariente en la ladera de una colina conocida como Tell Hariri, encontró algo extraño. Explicaron a Emile Cabane, teniente francés encargado del control de la zona, que "un gran hombre" sobresalía del suelo. En realidad se trataba de una gran estatua de piedra de unos 300 kilos de peso del dios Samas. La noticia viajó de Beirut a París, donde el Museo del Louvre encargó a André Parrot, unjoven investigador, que comenzara las excavaciones arqueológicas. Las tareas de excavación comenzaron en diciembre de 1933. En enero de 1934, Parrot estaba seguro de haber indentificado la localización de la legendaria ciudad: en el hombro derecho de una estatua, los epigrafistas leyeron las palabras Lamgi-Mari, "rey de Mari". La estatua pertenecía a las ruinas del templo de Istar, diosa del amory de la guerra, un enorme complejo que se extendía sobre unos 4000 metros cuadrados, en el que los franceses encontraron un gran número de estatuas votivas de yeso y alabastro. La excavación del gran templo y el estudio de sus complejas fases de reedificación requirieron cuatro campañas de excavaciones. Entre 1937 y 1938 se excavaron los restos del gran zigurat, o torre-templo de la ciudad, quese remontaba al III milenio a. C.; era una imponente masa de adobes, que aún se elevaba nueve metros, y cuya base medía 40 x 25 m. Pero los mayores descubrimientos de Mari fueron objetos sin duda menos impresionantes algunos centenares de tablillas de arcilla con caracteres cuneiformes.
Para indicar los primeros 40 años del siglo XVIII a. C., los arqueólogos hablan frecuentemente del Periodo deMari. Ello se debe al descubrimiento de los archivos reales de la ciudad, que, junto a otras tablillas halladas en otras ciudades contemporáneas, nos ilustran con detalle no sólo acerca de los importantes acontecimientos de la historia de aquellos años, sino también de un sinfín de episodios menores que nos ofrecen un cuadro muy rico de la vida en la antigua Mari. De este modo hemos sabido que...
Regístrate para leer el documento completo.