Palma Rosa
Llegamos a quedarnos a la casa de mi director que tenia unpequeño terreno ahí, en donde nosotros teníamos que instalar nuestras carpas y acomodarnos como pudiéramos. A penas llegamos nos presentaron a don José y a la señora Mónica, que eran los encargados deque todo saliera bien mientras nosotros estuviéramos ahí. Después de un rato fuimos a repartir cajas de comida a distintas casas del sector. Ahí fue donde conocimos a la señora María y a don Camilo, unmatrimonio de casi 60 años al cual se le había derrumbado la casa completa, don camilo era el que recontraía su casa palo por palo, nos abrieron la puerta con una sonrisa enorme en sus caras y nosagradecieron inmensamente la caja con alimentos que les llevábamos.
Así siguió el recorrido por unas largas horas de caminata con las cajas en la mano, llevándolas a distintas familias. En general lagente nos agradecía y nos recibía con tanta alegría, que era como si nada hubiese pasado, en excepción de algunas señoras que con tristeza nos abrazaban y lloraban por todo lo ocurrido.
Al díasiguiente muy temprano en la mañana nos levantamos para ir a una actividad que habíamos preparado en el colegio de los niños del pueblo. Les hicimos juegos; a las niñas les pintamos las caras comoprincesas; hicimos un partido de futbol para los hombres, repartíamos dulces, y muchos otros juegos recreativos, para que los niños se olvidaran de lo que había pasado y así tuvieran un rato agradable.Los siguientes días fuimos a recoger escombros y a ayudar a varias familias a reconstruir sus casas. Nos encontramos nuevamente con la señora María y don camilo, y con varias familias más que con...
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