PAN Y VINO LUCY

Pan y Vino
Fin del mito del eslabón perdido
Carlos Payares González

Acostumbro a decirles a mis estudiantes que, de muchas maneras, todos los humanos llevamos un antecesor africano dentro. Nosólo lo digo porque algunas investigaciones científicas lo hayan demostrado, sino porque también trato de aquietar cualquier ánimo justificatorio de “blanqueamiento de sangre” o de discriminaciónraciológica. Todo ha venido indicando que en el continente africano es donde tenemos que buscar los más remotos orígenes de la especie humana. En la región del Awash Medio en Etiopía, por ejemplo, han vividoy muerto muchos miembros de nuestra progenie. Allí permanecieron enterrados sus cuerpos durante casi seis millones de años y, ahora, por efecto de la erosión, han venido saliendo a la superficie paracontarnos la historia evolutiva que fue ferozmente negada durante siglos: la del origen animal de los seres humanos.
Quienes nunca han creído en la teoría de la evolución manifiestan su desdénpeyorativo reclamándole a los científicos una explicación del porqué los primates superiores existentes no se han convertido también en humanos. Otras veces reclaman una única prueba fáctica, es decir,¿dónde está el eslabón perdido que pruebe que los hombres provenimos de un antecesor común al de los primates superiores? Pues bien, las dos cosas han sido, en buen sentido demostrativo, resueltas por losnacientes estudios de la paleoantropología y la genética molecular. A finales de 2009 el paleoantropólogo Tim White, de la Universidad de California, en Berkeley, y sus colaboradores etíopes, dieron aconocer los resultados de un estudio de más de quince años de un esqueleto que murió hace 4.4 millones de años en la región mencionada. Se trata de una mujer adulta conocida familiarmente con elnombre de “Ardi”, pero que científicamente se le conoce como “Ardipithecus ramidus”. Ardi es nuestra antecesora más lejana emparentada con los chimpancés. Mucho más lejana que otra conocida por la...