pansho gayyy

 Microcuento
Nombre: Francisco Gallardo
Curso: 8°B
Fecha: 22/09/13

…Y seguía caminando por la calle, sin rumbo alguno, sin un destino. Eran cerca delas siete de la tarde cuando el cansancio se hacía notar en mi cuerpo llevaba quizás un par de horas caminando hasta que decidí, finalmente, caminar un poco más hasta encontrar un lugarapropiado para descansar, caminé durante algunas cuadras, cuando vi porfín una banca debajo de un árbol en una pequeña plaza cerca de el centro de la ciudad. Me senté y comencé a observarel paisaje.
El cielo gris, algunas gotas de lluvia golpeaban mi rostro mientras veía como pasaban los autos por la calle que ya hacia enfrente mío, calles grises, acompañadas de veredascon esta misma tonalidad me hacían ver un paisaje al cuál ya estaba acostumbrado, pero que nunca me había detenido a observar con tanto detalle. Estaba en eso cuando veo pasar por lavereda un mendigo, un señor vestido con harapos y un olor putrefacto llamó mi atención, creo que para cualquier persona parecería normal ver a un mendigo en la calle, pero para mi no lo fue,ver a aquella persona me hizo pensar en todo lo que una persona puede poseer, y aún así seguir deseando más, siendo que hay gente que con cosas tan mínimas, puede llegar a ser feliz.Decidí volver, ya que estaba oscureciendo, aún así durante todo el camino devuelta a casa no pude dejar de pensar en la situación de aquel hombre, y de miles de personas en situacionesiguales a esta, las casi dos horas que había estado caminándose me habían hecho notar, al igual que el frío y el hambre. Cuando porfín llegue, descubrí que ya no veía las cosas con la vanidado el prejucio con el que lo hacia antes, entendí que los pequeños detalles, aveces pueden alegrar más que el mayor de los regalos.


PD: profe, no andaba con mucha imaginación hoy 