Papa Francisco
más de la audiencia general con el Papa Francisco, desde la Plaza San Pedro en el Vaticano, les
saluda Ana Gabriela y les invito a quedarse con nosotros.
El Santo Padre dará inicio a la audiencia general. Que introducirá con el signo de la cruz y el saludo
litúrgico. Preparémonos a escuchar suspalabras y a recibir su bendición.
Santo Padre: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
R. Amen
Santo Padre: La Paz este con ustedes.
R. y con su Espíritu.
Lectura del evangelio según san Juan 17, 6. 20-21.
La Iglesia: 8. Los cristianos no católicos
Queridos hermanos y hermanas.
En las últimas catequesis, hemos tratado de sacar a la luz la naturaleza y la belleza de
laIglesia, y nos hemos preguntado qué comporta para cada uno de nosotros el ser
parte de este pueblo, pueblo de Dios, que es la Iglesia. Pero no debemos olvidar que
hay tantos hermanos, que comparten con nosotros la fe en Cristo, pero que
pertenecen a otras confesiones o a tradiciones diferentes de la nuestra. Muchos se han
resignado a esta división – también dentro de nuestra Iglesia católica se hanresignado
- que en el curso de la historia, a menudo ha sido causa de conflictos y de
sufrimientos: ¡también de guerras eh! ¡Esta es una vergüenza! También hoy las
relaciones no son siempre marcadas por el respeto y la cordialidad. Pero, me
pregunto: ¿nosotros, cómo nos presentamos de frente a todo esto? ¿También nosotros
estamos resignados o somos incluso indiferentes a esta división? ¿O másbien creemos
firmemente que se puede y se debe caminar en la dirección de la reconciliación y de la
plena comunión? La plena comunión, es decir, poder participar todos juntos en el
cuerpo y la sangre de Cristo.
La división entre cristianos, mientras hieren a la Iglesia, hieren a Cristo y nosotros
divididos herimos a Cristo: la Iglesia, en efecto, es el cuerpo del cual Cristo es la
cabeza.Sabemos bien cuánto deseaba Jesús que sus discípulos permanecieran unidos
en su amor. Es suficiente pensar en sus palabras referidas en el capítulo décimo
séptimo del Evangelio de Juan, la oración dirigida al Padre en la inminencia de la
pasión: “Padre santo, cuida en tu nombre a los que me diste, para que sean uno como
nosotros”. Ésta unidad estaba ya amenazada mientras Jesús estaba todavíaentre los
suyos: en el Evangelio, en efecto, se recuerda que los apóstoles discutían entre ellos
sobre quién fuera el más grande, el más importante.
Pero el Señor, ha insistido tanto en la unidad en el nombre del Padre, haciéndonos
entender que nuestro anuncio y nuestro testimonio serán más creíbles cuánto más
nosotros, en primer lugar, seremos capaces de vivir en comunión y de amarnos. Es loque sus apóstoles, con la gracia del Espíritu Santo, comprendieron después
profundamente y cuidaron, tanto que San Pablo llegará a implorar la comunidad de
Corinto con estas palabras: “Hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, yo
los exhorto a que se pongan de acuerdo: que no haya divisiones entre ustedes y vivan
en perfecta armonía, teniendo la misma manera de pensar y de sentir”.Durante su camino en la historia, la Iglesia es tentada por el maligno, que trata de
dividirla, y por desgracia se ha visto afectada por separaciones graves y dolorosas. Son
divisiones que a veces se han prolongado en el tiempo, hasta hoy, por lo cual ahora
resulta difícil reconstruir todos los motivos y sobre todo, encontrar soluciones posibles.
Las razones que llevaron a las fracturas yseparaciones pueden ser muy diferentes:
desde las diferencias sobre principios dogmáticos y morales y sobre concepciones
teológicas y pastorales diversas, a los motivos políticos y de conveniencia, hasta los
enfrentamientos debidos a antipatías y ambiciones personales... Los que es cierto es
que, en un modo o en el otro, detrás de estas laceraciones están siempre la soberbia y
el egoísmo, que...
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