Para-knowing park

Medidas extremas y de cuidado en salud pública han hecho que los niveles de alerta y la categorización de la actual peligrosidad sea denominada “pandémica”: enfermedad de todo el pueblo. Así, ante laemergencia del “virus AH1N1”, el mismo que en épocas pretéritas pareciera habernos hecho mal, sobre esta historia y sus víctimas (entre las que se encontró incluso una hija de Freud, SophieHalberstadt-Freud), encontramos un terreno en que proyectamos el “objeto del mal”, lo más íntimo del ser, que se supone más ajeno, insistiendo bajo terrible retorno de un estado de desamparo (goce en soledad)por efecto de un principio humano natural radicalmente perdido.

¿De dónde salió esta vez el kakon? De allá, del “cerdo” del pueblo mejicano, esa ha sido su fuente esta vez, de acuerdo a versionesinformadas. ¿Cómo? El virus se transformó, usando caminos extraños, mutaciones con visos aterradores, “diques” fuera del dominio humano que hicieron que “eso” terrible se acercara cada vez más -comonube negra, vuelo de ave carroñera, sobrevolando diferentes ámbitos del mundo, nuestras ciudades- inscribiéndose (vale resaltarlo) en cada sujeto de acuerdo a sus condiciones específicas en su relacióncon el lenguaje y lo real, su inconsciente.

Por eso, surgen en la consulta sueños, temores, asunciones basadas en elementos fantasmáticos que indican la relación del sujeto con el objeto y elestatuto de ese Otro allí recreado, lo cual, como se anota, se alía en ocasiones, se súper-pone (o sub-pone) con aquel “fantasma social de prevención”, el cual empuja, a veces demasiado “superyoicamente”,hacia medidas nunca satisfactorias de protección que paradójicamente podrían ahora producir graves pérdidas para los gobiernos. Esto por efecto de medicamentos y safe kits o safe guidances quequedarían sin usarse o producir los resultados esperados, eventuales bloqueos en la economía por cierres y encierros, enlentecimiento de la vida, inhibición planetaria.

Ahora bien, a la actual crisis...