Para los que alabamos al señor
Hace muchos cientos de Siglos, allá en el Cielo, había una Hermosa eInigualable Orquesta Sinfónica, con su respectivo Coro, dirigida por el Ángel Más Bello de la Creación. Le llamaban el Ángel Artista.
Tal era su Calidadcomo Compositor e Interprete, que el mismo Mozart era un Aprendiz de Clavecín al lado suyo.
Este Ángel era consiente de su Sabiduría y su Talento y empezó atomarle gusto a todo eso.
Poco a poco fue surgiendo un plan en lo profundo de su corazón.
Que fuera a El a quien se le Cantara y se le compusiera toda esamúsica Magistral.
Aspirar a ello significaba ocupar el lugar que le correspondía a Dios, y esto provoco que se armara una trifulca fenomenal en el Cielo.El final lo conocemos bien: “ El que era el mas Bello de los Ángeles, acostumbrado siempre a vivir en la Luz, termino expulsado y degradado a Demonio enJefe, Artífice del Engaño y Príncipe de las Tinieblas.
Fue tan grande su caída, que junto con El, la tercera parte de la Orquesta, fue arrojada de laPresencia del Amor”.
Hoy por Hoy, la Misión y el Servicio que había sido exclusivo de estos Ángeles, ha sido encomendada a Hombres y Mujeres que llenan lasVacantes dejadas por los Millones de Serafines que fueron expulsados. Y no seria nada raro, que el Espíritu Perverso, que siempre a sido enemigo de los Hombres,sienta un odio muy particular por quienes ahora hacen lo que a El le era exclusivo y son llamados a Adorar y Servir al Señor con Ofrendas Musicales.
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