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Su piel estaba sucia, sus brazos y piernas llenas de moretones y raspones. Sintió su labio arder por la herida que aún mantenía sobre éste. Le escocía ligeramente la piel por la sangre reseca. Su cabello rubio también estaba enredado y mugriento, tenía días encerrado en ese lugar, sólo probando agua y pan duro. Unos días atrás, tres para ser exactos, lo encerraron en esahabitación junto a otros cuatro tipos, todos ellos en las misma condiciones; atados de brazos y piernas, con los ojos y la boca vendados.
Dejó de escuchar sus gritos y sus llantos a cada día que pasaba, hasta que quedo él solo…
Escuchó que forjaban la cerradura, provocando que su cuerpo sufriera un estremecimiento involuntario sobre ese mullido colchón. Quería salir corriendo, alejarse y gritar.No podía.
Estaba preso dentro de esas asquerosas cuatro paredes. Como un animal. No, mucho peor, como un esclavo.
No entendía como a esas fechas aún vendieran personas. ¿Por qué él?
Su venta fue cual animal exótico entre comerciantes hambrientos. Entre depravados que se saboreaban su integridad, su cuerpo. Todos ellos deseosos de sexo. Sus ojos azules no vieron a ninguno de ellos, perosus oídos no pasaron desapercibidos los comentarios morbosos hacia su cuerpo. Al final, todo le pareció lo mismo.
La puerta por fin se abrió y su cuerpo dio un brinco.
Sasuke rió de medio lado a saber que su presa estaba intacta. No gastaría tiempo ni dinero en una porquería, sólo por el rubio atado a sus pies, indefenso sobre ese colchón. Naruto se lo había buscado al tratar de encararlo.Los ojos vendados de Namikaze no le permitían ver ni un solo rastro de luz, ni señal o rasgos de su amo, de su señor o de su verdugo.
El olorcillo a cigarrillo le provocó alguna arcadas de asco, la droga seguía en su cuerpo y los efectos le pasaban factura.
Su libertad ya no le pertenecía, ahora estaba entre las manos de ese desconocido. Bajo su dominio, pero no con sumisión.
Aún con lossentidos desorientados, fue consciente de cómo le jaloneaban las prendas de su cuerpo, no llevaba pantalones, solo su ropa interior y una camiseta. Su prenda más grande quedó rota y rasgada a la mitad, sintió una mano fría recorriéndole todo el cuerpo sin pisca de delicadeza. Le restregaba con fuerza, uniéndose un minuto después su boca hambrienta. Mordisqueando sus pezones, haciéndole daño alretirarlos demasiado, pellizcarlos y lamerlos.
— Esto te gusta, ¿cierto?—
No podía defenderse, seguía atado.
Sintió un repentino jalón en sus tobillos, desatando la cuerda que los apretaba. Al dejar de sentir la presión, no dudó en lanzar una patada al frente, mal hecho, lo único que provocó fue que Sasuke sujetara con fuerza ambas piernas, enterrando sus pulgares en los muslos descubiertos.Sus piernas fueron abiertas en un abrupto movimiento, dejando espacio para el cuerpo caliente que lo dominaba.
— No me desafíes, pequeña zorra—
Esa voz, sentía que conocía esa voz.
Estando sobre él, una mano dejó de apretar su piel para dirigirla a su trasero, donde dos dedos rozaron sin descaro su virginal entrada, y aunque estuvo tentado a soltar un grito de dolor por la repentinaintrusión, la venda que le cubría la boca lo reprimió.
Mordió su lengua para no soltar ni un gemido, provocando que la mugrienta tela de su mordaza se manchara de rojo; sin saber que ese tono cobrizo excitó más al moreno.
Sasuke no soportó demasiado, su erección le apretaba dentro de los pantalones, quitó sus dedos y aprovechó para restregar su hombría sobre las nalgas del rubio simulandoembestidas. Se relamió los labios al escuchar esos sonidos amortiguados por la tela, no aguantó más antes de sacar su potente miembro al aire y sin ninguna consideración, de una certera estocada se introdujo en el menor.
—Mnh, mnh—
Naruto sintió como el gran trozo de carne fue abriéndose paso entre la estrechez de su entrada, arqueando la espalda por el dolor. Sus manos atadas fueron llevadas...
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