paradigmas
CONSECUENCIAS EN LA EDUCACIÓN PARA LA SALUD
Julia Adriana Castro Carvajal *
Durante el siglo XIX y la mayor parte del siglo XX, la concepción sobre el
proceso de salud–enfermedad estuvo dominada por la visión positivista del
enfoque biomédico, o bien por la perspectiva sociosanitaria de la medicina
social, las cuales concebían la salud como ausencia de enfermedad y
propiciaban el desarrollo de acciones —en los sistemas de salud pública,
investigación y seguridad social— hacia el diagnóstico, la detección y el control
de factores de riesgo y la especialización de los servicios de atención. Según Terris (1996), en esta perspectiva se trata de explicar el funcionamiento
del cuerpo para prevenir y curar las alteraciones de organismo que generan
enfermedad. Por tanto, este enfoque busca, en primer lugar, producir y aplicar
conocimientos técnicocientíficos que permitan identificar los factores de riesgo
y los factores protectores y, en segundo lugar, desarrollar estrategias de
educación y acción, definidas por la disciplinas biomédicas, orientadas a la
información sobre los riesgos de algunas conductas que pueden llevar a la
aparición de la enfermedad y a la regulación de estos comportamientos por
medio de la normatividad.
Este paradigma médicosalubrista, acompañado de un enfoque legal, ha generado un modelo de educación para la salud orientado a informar y prohibir
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J ulia Adr iana Castr o Car vajal
Fisioterapeuta Universidad del Rosario. Magíster en Desarrollo Educativo y Social, Universidad
Pedagógica Nacional. Jefe del Centro de Investigación Instituto Universitario de Educación Física de la
Universidad de Antioquia. Docente Vinculada, Universidad de Antioquia. Integrante del grupo de
investigación Estudios en Educación Corporal de la Universidad de Antioquia.
juliacas@edufisica.udea.edu.co
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conductas generadoras de riesgo para la salud, dejando de lado el acervo de
saber social implícito en los contextos de la vida cotidiana de los grupos
sociales y priorizando un tipo de racionalidad que parte de una concepción del
cuerpo fragmentada y escindida, fruto de la visión dualistainstrumental
instaurada por la modernidad. También deja de lado los determinantes
asociados al orden social, cultural, económico y político que configuran una
manera de vivir el cuerpo y asumir la relación salud enfermedad.
Este modelo de educación para la salud se construye a partir de un discurso
hegemónico de la prevención de la enfermedad que posee el equipo de
expertos técnicocientíficos, que excluye la participación de los actores sociales
en los programas y concreta sus acciones pedagógicas en campañas de
información y atención puntuales, que incluyen charlas, boletines, prescripción
de conductas, etc.
El acento en la prevención de la enfermedad a través de la prestación de servicios sanitarios permite reconocer el alcance de este paradigma en el
control y desaparición de muchos agentes productores de patologías infecto
contagiosas, pero sus dificultades para dar respuesta al continuo incremento de
las enfermedades crónicas, que vinculadas a los cambios macrodemográficos mundiales como el envejecimiento de la sociedad, la creciente inequidad social
y la pobreza, entre otros hechos, muestran los límites del mismo, favoreciendo
el surgimiento de un nuevo paradigma orientado al bienestar y promulgado en
la conocida Declaración de Alma Ata de 1977 por la Organización Mundial de la
Salud (OMS), en la cual se crearon las bases políticas y conceptuales para
reorientar la acción. ...
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