Parafrasis El Nombre De La Rosa
Mientas ascendíamos por la escabrosasenda que ondulaba junto del monte, vi el monasterio. No me emocionó el muro que la envolvía, equivalente a otras que había notado en todo el orbe cristiano, sino la mole de lo que luego estuve altanto de lo que era la Construcción. Se trataba de una edificación octogonal que de lejos parecía un tetrágono (figura pulcrísima que enuncia la firmeza e inmunidad de la urbe del Creador), cuyospuntos meridionales se alzaban sobre la planicie del convento, mientras que las septentrionales parecían brotar de las propias faldas del cerro, enraizando en ellas y levantándose como un voladero.Quiero expresar que en algunas porciones, viendo a partir de abajo, la piedra aparentaba extenderse hasta el reino celestial. Sin permuta de matiz ni de elemento, y cambiar, a cierta elevación, enburche y torreón (labor de grandes acostumbrados a alternar tanto con la tierra como con el edén). Tres órdenes de lumbreras enunciaban el compás trino de la prominencia, de modo que lo que eracorporalmente cuadrangular en la tierra era espiritualmente triangular en el cielo. Al aproximarse más se insinuaba que, en cada esquina la forma cuadrangular procreaba un torreón heptagonal, cincode cuyos lados surgían hacia afuera; o sea que cuatro de los ocho sitios del octágono principal reproducían cuatro heptágonos pequeños, que hacia afuera se revelaban como pentágonos. Indudable, ypulcro, concordia de tantos signos sacros, cada uno recubierto de un ligerísimo sentido místico. Ocho es el número de la excelencia de todo cuadrilátero; cuatro, el dígito de los evangelios;
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