paraiso perdido
Fue el que de envidia y de furor ardiendo
Contra su Eterno dueño, desde el día
En que de su soberbia y rebeldía
Le castigó arrojándole al horrendoAbismo, con millones de otros fieros
Ángeles de su culpa compañeros,
Tal es la prisión dura, preparada
Por la justicia del Eterno dueño,
Para siempre, a aquel Ángel insolente,
Y a la turba rebeldey obstinada
Que sus banderas sigue.
Un breve sueño Fue su felicidad.
¡Cuán diferente Era, oh suerte, el lugar en que habitaron,
Cuando de Dios las manos los formaron!
Mas ya el furiosoArcángel, descubriendo
Sus secuaces en medio del horrendo
Fuego de un incesante torbellino
De rayos que sobre ellos, apiñados,
Llueven aún del cielo, atolondrados
Da un profundo gemido, y distinguiendoAl fiero Belzebuth poco distante,
Le habla con ronca voz de esta manera:
«¡Sí, eres tú aquél ...! mas ¡oh, cuán diferente,
»Cuán distinto del que era »
Hace poco una estrella tanbrillante,
»Un príncipe glorioso y eminente,
»En aquellas regiones venturosas,
»Moradas de la luz y la alegría!
»¡Del que, entre mil millones de gloriosas
»Deidades, en beldad sobresalía!
»¡Sí,eres tú aquel que en la atrevida guerra,
»Conmigo unieron en estrecha alianza
»Los planes, los deseos, la esperanza,
»Como ahora la desgracia nos encierra
»Juntos en este abismo tenebroso! »¡Sí, eres aquel Arcángel poderoso
»Igual a mí, que ruina lamentable
»Nos perdió para siempre! ¿Y quién podía
»Adivinar la fuerza formidable
»De sus ardientes rayos?
»Jamás podrán alarrepentimiento
»Ni a la menor bajeza resolverme.
»Por más que pierda el resplandor visible,
»La majestad augusta,
»Primer objeto de su envidia injusta,
»Que corresponde a mi naturaleza,
»Jamás dejarámi ánimo inflexible
»El odio, la venganza que ha jurado
»A ese Altísimo ser que me ha obligado,
»Humillando envidioso mi grandeza.
Es cierto que perdimos,
»El campo; mas ¿qué importa? No...
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