Parmenides Sobre La Naturaleza
Parménides
Proemio: Los caballos que me conducen tan lejos como es mi deseo me condujeron, después que guiándome me llevaron al camino razonable de la diosa quedirige al hombre sabio por todos los lugares. Por él fui conduciendo; pues, por él me llevaron los diestros caballos que tiraban del carro y unas jóvenes indicaban el camino. En los bujesal eje emitia un ruido al calentarse (pues era movido por dos
ruedas, una a cada extremo), al conducirme con rapidez las vírgenes Helíades, que han abandonado la mansión de la noche y sequitan con la mano los velos de la xabeza, hacia la luz. Allí está la puerta de los caminos de la noche y el día la rodea un dintel y un umbral de piedra. Etérea se encuentra cerradapor grandes puertas de los que Dike, cruel castigadora, conserva las llaves de la recompensa a la vez que las jóvenes con dulces palabras convencen con habilidad para que el cerrojo searetirado con prontitud de la puerta; esta parte de la puerta dejó una inmensa abertura, elevándose haciéndo girar alternativamente sus dos ejes de bronce provistos de traviesas y cerrojos.Por allí a través de ella, las jóvenes condujeron por el camino el carro y los caballos, y la diosa me recibió con bondad, tomando con su mano, mi mano derecha, y dirigiéndose a mi, mehablo de esta forma: "Oh joven, compañero de inmortales aurigas que llegas a nuestra mansión con los caballos que te conducen, salve. Pues no te ha impulsado una mala Moira a seguir estecamin,o que está lejos de la senda que siguen los hombres. sino Themis y Dike. Es preciso que conozcas todas las cosas el corazón inconmovible de la Verdad Absoluta y las opiniones de losmortales que no se encuentran en la auténtica certeza Pero deberás aprender También esto: Que lo que aparece a los mortales debe tenerlo por cierto y real quien lo recorre todo."
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