Parques Urbanos
ALTERNATIVAS DE
SUSTENTABILIDAD DE LOS
BARRIOS Y COLONIAS POPULARES
EXPERIENCIAS EXITOSAS EN LA CIUDAD DE
MORELIA
Arq. Juan Luis León Sánchez
Profesor Investigador Asociado
Facultad de Arquitectura de la Universidad
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
Introducción
El desarrollo urbano que se observa en la mayoría de las ciudades
mexicanas no es alentador. Así observamos que en muchas de nuestras
ciudades el crecimiento poblacional y físico ha sido rápido y en algunos casos
acelerado, con fuertes concentraciones demográficas. Asimismo, la expansión
física de ellas ha tenido un patrón disperso y anárquico, en el cual se ha
llevado a cabo un excesivo consumo de tierra natural y de reservas naturales periféricas. [1]
Aunado a lo anterior, existen elevados déficit de vivienda, infraestructuras y
servicios sociales para los sectores populares, además de agudos problemas
de transporte y congestionamiento vehicular, así como crecientes índices de
contaminación de la atmósfera, el suelo y el agua, por lo que se observa una disminución en la calidad de vida de sus pobladores.
En este contexto, la insuficiente cantidad de áreas verdes públicas, como
son los parques, principalmente en las zonas más densas y populares, es
preocupante, ya que en la mayor parte de las ciudades mexicanas la relación
total de área verde por habitante puede ir desde los 0.27 m 2 [2] hasta quizás los
3.1 m 2 . [3]
Estas cifras de las ciudades mexicanas, nos revelan que existen déficit
considerables si se comparan con las proporciones de áreas verdes por
habitante que recomiendan las normas internacionales, las cuales indican que
en las ciudades deben existir de 8 a 12.5 m 2 de áreas verdes por habitante.
Por otra parte, las cifras de áreas verdes por habitante que existen en las
ciudades mexicanas son muy generales y pueden crear confusiones, pues
incluyen la superficie general de todas las áreas que se consideran verdes en
su territorio, entre el total de la población residente; sin embargo, la distribución
de ellas en la ciudad no es homogénea o equilibrada, ya que se observa que
las áreas verdes se localizan más frecuentemente en las áreas centrales de ellas, o en las áreas residenciales de alto nivel económico. Sin embargo, en las
zonas periféricas o en las zonas habitacionales populares de las ciudades, las
cuales ocupan grandes superficies de ellas, con elevadas cantidades de
población, los déficit alcanzan niveles bastante deplorables o en el peor de los
casos, ni siquiera existen áreas verdes. Es evidente que en este tipo de medio ambiente urbano se ha instaurado el
caos visual y funcional, que afecta profunda y negativamente la conducta social
de los habitantes, generando estrés, neurosis, tensión, angustia y hasta la
agresividad, además de que se producen e incrementan diversas
enfermedades físicas como la tifoidea, helmintiasis, diarreas, tuberculosis, bronconeumonías, etc. Lo anterior ha conducido a una disminución drástica de
la calidad de vida de los habitantes urbanos.
Ante esta situación se considera que es necesario y urgente que en las
áreas urbanas exista un ambiente que se caracterice por la riqueza formal y la
diversidad, el cual esté basado en el equilibrio dinámico entre naturaleza y
cultura.
Para ello es indispensable impulsar acciones que desincentiven el uso del
coche particular y fomentar los sistemas de transporte público, la circulación
peatonal y en bicicleta, el uso de materiales y sistemas constructivos
ecológicamente apropiados, que reduzcan también el consumo de energía,
optimicen el uso y aprovechamiento del agua, además de alentar el ...
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