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¿Que pasa? ¿Que están haciendo?
¡No queremos hadas en nuestro pueblo! ¡Fuera de aquí! – Ordenaban los vecinos.
¡No soy hada,soy la bruja Aguja! – insistía ella.
¡Solo las hadas tienen esas narices ridículas! – ¡La bruja Aguja tiene una hermosa nariz de diez centímetrosde largo! – respondían los vecinos en coro.
¡Pero si soy yo! – lloraba la bruja, tocándose con la punta del dedo su nariz respingada.
¡Andate alpaís de las hadas, tu no eres nuestra querida bruja Aguja, aunque te vistas como ella! – respondieron los vecinos a través de las ventanas.
¡No soyhada! – insistió la bruja Aguja.
¡Eres un hada! – declararon los vecinos. y ¡zumm!, lanzaron mas humo negro por las chimeneas.
La bruja Aguja,llorando, se subió de nuevo a la escoba y voló hacia el consultorio. Se tendió en la camilla y le dijo al doctor Bello:
Quiero una nariz como así ycomo asá, como que sí y como que no- dijo.
Perfecto- respondió el doctor.
¡Plim, la anestesia! ¡Plaf, crunch, el martillo y el serrucho! ¡Y listo!La bruja regreso callada a la casa, entró por la ventana y se quedó quince días en cama, tapada con las frazadas para que no la viera ni el gato.Y una tarde se escucho en el pueblo:
- ¡Regresó la bruja Aguja!
- ¡Aguja, tanto tiempo!
-¡Miau, miau, miau!
La bruja Aguja sonrió feliz. Ynunca se vio tan hermosa con su nariz de diez centímetros, esa que podía oler el cariño de sus amigos aunque estuviera a mil kilómetros de distancia.
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