Participación ciudadana y derecho ambiental
Por Antonio Elio Brailovsky
Hace unos años, se pusieron de moda las herramientas de participación ciudadana. Las herramientas institucionales que noslegaron los constituyentes del siglo XIX nos parecían insuficientes. No alcanzaba con votar una vez cada tanto: era necesario que los ciudadanos nos involucráramos cada vez más en las cuestiones deinterés público.
Nuestros dirigentes acompañaban este camino, insistiendo en la necesidad de cambios institucionales que permitieran pasar de la democracia representativa a la democracia participativa.El proceso se aceleró y nos pasábamos buscando nuevas maneras de aplicar estos principios en todas partes.
Sin embargo, en algún momento, el movimiento se detuvo. Una gran parte de los dirigentespolíticos empezó a pensar que no era bueno que hubiera un exceso de transparencia. Las puertas que se habían entreabierto comenzaron a cerrarse.
Desde el lugar de los ciudadanos, comenzaron aaparecer hechos y presunciones fundadas que los llevaron a desconfiar de muchos de sus representantes. Negociaciones incompatibles con la función pública, enriquecimientos súbitos, subsidios a empresasamigas, soborno a legisladores para lograr su voto o cambiar de partido, fondos de una provincia depositados en el exterior sin que se conociera su destino final, fueron algunos de los aspectos quegeneraron el desánimo colectivo.
Pero aún faltaba la percepción de los aspectos más oscuros de la política: la voladura de la Fábrica Militar de Río III, para ocultar las pruebas de un contrabando dearmas. La adulteración de las pruebas del atentado a la AMIA. La conexión de punteros locales con el tráfico de personas. El crecimiento de las redes del narcotráfico, sin que haya interés en radarizarlas fronteras sensibles. Los falsificadores de medicamentos financiando campañas electorales.
Todo esto generó condiciones de abandono de la actuación pública. Las personas comunes sintieron que...
Regístrate para leer el documento completo.