participacion ciudadana
LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA
EN SEGURIDAD PÚBLICA
María de la Luz Lima Malvido
INTRODUCCIÓN
Muchos son los esfuerzos realizados para combatir la inseguridad pública,
un fenómeno social que a principios de este siglo se está convirtiendo en un
problema de seguridad nacional.
A pesar de las recientes reformas constitucionales realizadas, procesales y penales, el sistemade procuración y administración de justicia no
ha resuelto con eficacia y celeridad las expectativas de los que a él acuden.
No obstante que en nuestra legislación existen algunos mecanismos como
la reparación del daño éstos han resultado ineficaces.
Es importante fortalecer y promover los mecanismos informales tradicionales y otras formas alternativas de solución de conflictos que el sistemapenal formal establezca; sólo mediante este tipo de alternativas en el
proceso penal podremos trabajar en favor de la prevención del delito, ya
que el ciudadano estará posibilitado para utilizar la mediación, el arbitraje y
la conciliación en busca de justicia.
Al hablar de política criminal debemos, a la par, incluir la política
victimal que establezca las tácticas y estrategias queresuelvan las necesidades de las víctimas y no ciñéndonos y poniendo toda nuestra esperanza
en los fines de la pena.
Como dijo Rafael Ruiz Harrel: “La capacidad de gobernar está siendo desafiada”.1 Cada día observamos cómo las acciones del Gobierno Fe-
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Ruiz Harrel, Rafael, Criminalidad y mal gobierno, México, Editorial Sansores y Aljure, 1998.
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deral, los gobiernos de los estados, municipios y el Distrito Federal son
insuficientes para contener la creciente inseguridad pública y violencia que
sufrimos todos los ciudadanos.
El Estado mexicano está centrando sus actividades básicamente en
fortalecer las estructuras formales y aumentar penas establecidas por las
leyes del país dedicadas asalvaguardar el orden y la paz social de manera
coactiva más que preocuparse por preservar la integridad y los derechos
de las personas, principio que para darse requiere de una probabilidad de la
aprobación general de las normas emitidas, es decir, de preservar el consenso.
Asimismo, se garantiza el orden en la medida en que se dé la aceptación del cuadro de individuos instituidos parapreservarlo en la comunidad, lo cual fortalece a las instituciones.
Por ello, cambiar a los hombres implica también trasformar a las
instituciones. Por lo tanto, si deseamos preservarlas y darles permanencia
debemos cambiar la rutina en la toma de decisiones públicas.
Por otro lado, la victimización aumenta y a diario aparecen nuevas
formas de criminalidad cada vez más organizadas y sofisticadas.Esta situación demanda gran capacidad de reacción coordinada entre Gobierno y
sociedad para poder cumplir las necesidades que se tienen en el sistema de
justicia penal a fin de diseñar una política criminológica previa consulta a
todos los actores sociales, como lo establece el Sistema Nacional de
Planeación Democrática.
Pero, no obstante que hay ira pública que, por lo general, se alterna
conapatía, la relación del ciudadano con la autoridad se basa en la desconfianza hacia las instituciones y no en el respeto a la ley.
En la actualidad los mexicanos hemos sobredimensionado las funciones del Gobierno en desmedro del papel activo que le corresponde al
sector privado y a la comunidad. Esta concepción se refleja en el sistema
de seguridad que aún en su desarrollo no logra serparticipativo, incluyente
y eficaz.
La comunidad percibe una escasa satisfacción de sus intereses legítimos agraviados y una casi nula reparación del daño causado. Sucede lo
contrario de lo que ocurría en diversas culturas del México antiguo cuando
la comunidad era la más comprometida en la solución de los conflictos; sólo
en algunos estados (Quintana Roo y Querétaro) y grupos indígenas de
ciertas...
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